miércoles, 17 de agosto de 2011

OPINIÓN…Dudas en torno a las empresas del Estado

Autor:
Julio Lira Segura (*)

Está claro que para crear nuevas empresas públicas no se necesita modificar la Constitución. Lo que todavía no está muy claro es cómo hacer para que sean eficientes y rentables. De acuerdo con declaraciones del ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, y del presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, el nuevo Gobierno está trabajando en impulsar el desempeño de esas entidades a fin de que sea equiparable con los estándares del sector empresarial privado y considerando alternativas como la designación de directores independientes y la apertura del accionariado.

Las principales empresas estatales (33 en total) son supervisadas por el Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe), de modo que una modernización tendría que pasar obligatoriamente por una redefinición de sus funciones y poner un mayor énfasis en aspectos como gobierno corporativo, evaluación por resultados y planeamiento estratégico, los cuales todavía no forman parte de la administración pública, salvo contadas excepciones.

Al segundo trimestre de este año, apenas dos empresas estatales –Editora Perú y Banco de la Nación– registraron una rentabilidad patrimonial superior al 12%, tasa que según Lerner sería la base para considerar la liquidación o la inclusión de capitales privados. El desafío es entonces enorme, teniendo en cuenta que este Gobierno no quiere reducir sino ampliar la actividad empresarial del Estado.

La cotización en la bolsa de valores –que se viene anunciando desde hace mucho tiempo– no solo servirá para que las empresas estatales obtengan recursos, sino también para que su información financiera sea accesible.

Por ahora solo se perciben dudas en torno a cómo darle un nuevo rostro a la actividad empresarial del Estado. Para empezar, es paradójico que se pretenda promover la participación privada en las empresas con baja rentabilidad, ya que los inversionistas buscan apostar por oportunidades que ofrecen exactamente lo contrario.

Quizá el primer paso tendría que ser impulsar la gestión con herramientas que incentiven las capacidades de sus trabajadores. Una vez que se aprecien mejoras, en especial en las perspectivas de largo plazo, se podrá trabajar en atraer capitales privados.

(*) Analista Económico

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