martes, 21 de agosto de 2012

O P I N I Ó N



Día Mundial de la Asistencia Humanitaria



Este año el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria (domingo 9 de agosto) brinda la oportunidad histórica de reunir a mil millones de personas de todo el mundo para promover la idea, poderosa y dinámica de ayudar a los demás, donde más lo necesiten.

Es el mejor modo de homenajear a muchos trabajadores de asistencia humanitaria caídos, cuya pérdida lamentamos hoy, y de celebrar las iniciativas de quienes continúan su noble labor de llevar urgentemente asistencia humanitaria a los que sufren.
 
El espíritu solidario que anima estas valientes iniciativas impulsa nuestra conmemoración en esta fecha especial.
 
En mis viajes por todo el mundo he sido testigo de este espíritu al reunirme con trabajadores de socorro que han abandonado la comodidad de sus hogares para socorrer a los necesitados.
También vi ese espíritu a principios de este mes, cuando conocí a Beyoncé Knowles, la superestrella que va a donar su canción I Was Here a nuestra campaña mundial para promover la acción a favor de un mundo mejor.
 
Millones de personas han visitado ya nuestra página web para dejar constancia de su apoyo y compartir sus actividades. El afán de ayudar a los demás mejora las condiciones de todos, ya sea mediante iniciativas internacionales para prevenir una hambruna en África Occidental, mediante la asistencia urgente a la población civil de Siria o mediante una única buena obra de una persona para con su vecino.
 
Hagamos que el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria cobre sentido registrando buenas obras en el sitio web www.whd-iwashere.com. Las acciones individuales podrán parecer pequeñas, pero, en conjunto, tendrán eco en todo el mundo y generarán un impulso irrefrenable para lograr un futuro mejor.
 
 
 
Descentralización itinerante o estructural
 
 
Cómo no puede ser considerado un esfuerzo encomiable el que todo el aparato central del Gobierno, sin interrumpir sus labores cotidianas de lunes a viernes, se traslade los fines de semana a todos los ámbitos geográficos del país y que el jefe de Estado semana a semana presente un informe público de sus actividades. Sin embargo, cada vez estoy más convencido, por lo que se ha podido observar durante cinco años, que mucho más importante que el itinerario o la periodicidad de estos recorridos que ciertamente son deseables y positivos, es darle y de urgencia al país una estructura sinceramente descentralizada y regionalmente desconcentrada, que determine con claridad y sin subterfugios políticos a qué instancia o nivel de gobierno le corresponde qué competencias o atribuciones y con qué recursos de recaudación propia o de transferencia.
 
Lamentablemente, descentralizar ni regionalizar, no es funcional, es navegar contra corriente, desde el punto de vista político-electoral, pues precisamente las principales canteras de los votos están aglomeradas en las gigantescas barriadas de las grandes metrópolis. A mí me consta que cuando el presidente Correa quiso en enero de 2008, desconcentrar la administración en las siete regiones y crear los ministerios coordinadores regionales, todo el aparato político se enojó y se rajó en forma casi desesperada, de igual forma las grandes cadenas mediáticas salieron al paso con el argumento de que eso era crear más burocracia, argumento que nunca lo han esgrimido cuando el Gobierno Central ha pasado de doce a más de treinta ministerios entre coordinadores y sectoriales y secretarías de Estado con rango ministerial en la macrocefalia central del Estado.
 
 Se argumentará que la Constitución de Montecristi en su Título V sobre la Organización Territorial del Estado y el Cootad, establecen las normas adecuadas para descentralizar, regionalizar y desconcentrar el país; pero la cruda verdad es que la farándula política de nuevo cuño, con todas las malas artes de sus maestros de la “obscura noche”, se encargó precisamente de armar un tinglado que vuelva enrevesada y contradictoria la descentralización y absolutamente imposible la regionalización, pues estableció que esta será autónoma, a la carta y en un plazo de ocho años que ya se encargarán de diluirlo. Qué pasa con las carreteras de Loja que las bachean al apuro para la visita presidencial, los caminos vecinales sin mantenimiento, qué pasa con el hospital Regional que lo barren cuando llega el Gabinete Itinerante, qué pasa con las escuelas y colegios, qué pasa con el teatro de la capital cultural, qué pasa con el saneamiento urbano y con los municipios “politiquiando” y titubeando con el platillo en forma de llaves de la ciudad? Pero, bien sabemos que a la final del túnel eso no resulta tan importante como el absorbente y omnipresente tema político-electoral.
 
En esta 16 visita a Loja del jefe de Estado, los temas centrales, no podían ser los problemas fundamentales de Loja que, como es obvio, se afanan en ocultat los lugartenientes. Esta vez, los temas centrales resultaron ser, para variar, el de los trucos de las firmitas para reinscribir las organizaciones de participación política, el respeto de nuestra soberanía diplomática en el caso del Hacker antiimperialista asediado por la Policía Británica y el de las facciones confrontadas de la lugartenencia local, “los más papistas que el Papa”, angustiados por las próximas elecciones.
 
 Qué duda cabe que hay un enorme esfuerzo del Gobierno, que se han reducido los índices de pobreza, que se han invertido cuantiosos recursos en lo social, que se ha modificado la matriz energética del país, que se ha puesto fin al desmontaje irresponsable del Estado a título de privatización, que se ha mejorado radicalmente la recaudación de impuestos, que hay un notable esfuerzo por mejorar la justicia, las universidades y la investigación científica, que se le ha puesto coto a la sistemática inestabilidad y al asedio mediático de la política, que se ha manejado con sentido nacional el petróleo, la minería y la deuda externa, que se ha mejorado la vialidad, sin embargo, hay que decirlo con la frontalidad indispensable de ciudadanos libres, que a la Revolución Ciudadana le sigue faltando algo sin lo cual todo lo demás pierde efectividad y sustentabilidad y es la equidad territorial, es decir: la institucionalidad descentralizada y regionalmente desconcentrada del Estado, sin la cual, a más ineficiencia en la inversión de los recursos públicos, no hay equidad económica social ni lucha contra la pobreza posibles.
 
Por lo que hasta aquí se ha visto, solo el pueblo podría dar certeros golpes de timón en las urnas, para que su voluntad de cambios en la línea de la equidad se convierta en realidades concretas e irreversibles. En lo que a Loja corresponde, creo que tenemos claro el panorama, así lo dicen las encuestas que las ocultan.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario