"ULTIMATUM DE UN PUEBLO"
No constituye sorpresa ni novedad, decir que algún conglomerado humano, en cualquier tiempo o realidad, ha interpuesto un ultimatum, a las autoridades de su país, al sentirse impotente, desencantado, desmoralizado por anormalidades, desventajas; cansados, que no se cumplan las aspiraciones que se tienen para un mejor vivir.
Leyendo, repasando las historias de todos los tiempos, nos encontramos con experiencias muy ejemplarizantes, otras decepcionantes, lógicas, justas, dignas de emularlas. Toparse con ellas, es muy estimulante, pues inyectan vigor, esperanzas, temple, en el momento que se debe tomar una decisión, en busca de arrancarle a gobernantes autoritarios un cambio de actitud, exigiéndoles asimilarse a medidas de gobierno mas democráticos o mas justos.
De estos ultimatum, o plazos perentorios que hoy escribimos, existen un variopintos de ellos de diferente naturaleza y etnia. Muchos de ellos lograron arrancar sus propósitos después de invertir grandes cuotas de sacrificio, y de jugarse los actores, hasta la vida misma por lograrlos. La historia a la que acudimos, nos asiste con hermosuras de estos ejemplos, muchos siguen colgados en los recuerdos sin perder sus grandes y magistrales valores.
A nivel mundial, entre muchos otros, recordamos el ultimatum, del gobierno de John F. Kennedy en 1959, cuando advirtió a la flota rusa apostada frente al mar del Caribe, que si decidía acoderar en la Isla de Cuba, desembarcando los "Cohetes nucleres", la paz mundial corria peligro en minutos, y por consiguiente la tercera guerra mundial pendía de esa decisión. La flota de la URSS. dió media vuelta, y se perdió en lo inmenso del atlántico.
Como el ejemplo propuesto, resulta inmensa la experiencia que nos provee la historia, en todas las materias, no solo en los actos bélicos. En el caso propio del Perú, tenemos el ultimátum del Mayor Chileno Calvo, quien pidió a Bolognesi la rendición de la Plaza de Arica. El mundo aprecia la inmortal respuesta que puso reglas de generosidad, altura, cultura de guerra de un soldado peruano.
Y asi, desde hechos trascendentes, hasta acontecimientos pequeños, simples, en todos ellos se puede apreciar de modo pragmático, pasando por episodios irreverentes, como el que nos motiva para describir este comentario. Se ha provocado un ultimatum, si se quiere atípico, en un distrito petrolero a norte del Perú, llamado El Alto; los hechos se enmarcan de la siguiente manera:
En aquel distrito su alcalde Johnny Zárate Vite, está notificado para enfrentar un proceso de revocatoria el próximo 30 de Setiembre 2012. La Ley, y el estado de derecho, determinan los requisitos, y el pueblo cumple con llenar las exigencia. El planteamiento surgido en esta oportunidad, i/o ultimatum dado por el electorado, según ha trascendido en diferentes medio de comunicación, se remite al cúmplase de una fórmula atípica siguiente.
El electorado es consciente que el alcalde no debe revocarse, pués a su criterio, ha manejado con eficacia la administración municipales, pero no le perdonan que haya contratado los servicios de dos funcionarios del mas alto nivel, que no gozan de sus simpatías, y cuyos procederes deducidos por los antecedentes, podrían inducirlo a errores insalvables. Según la versión, el electorado habría sentenciado: "Si los retira antes de la fecha de referendun, no habrá revocatoria. Un ultimatum raro, el alcalde tiene la palabra.
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