lunes, 20 de agosto de 2012

N A C I O N A L


El país del agua


En el trascurso de los tiempos, el mundo siempre ha reconocido al Perú como un país privilegiado por las inmensas riquezas que atesora en todos sus pisos ecológicos, desde el mar de Grau hasta la maravillosa Amazonía, pasando por esa formidable columna vertebral de nuestro territorio que es la Cordillera de los Andes.

 
Estudiosos naturalistas de talla mundial, como el alemán Alejandro von Humboldt y el italiano Antonio Raimondi, recorrieron el Perú descubriendo y estudiando sus ingentes recursos naturales.

Sus trabajos han servido de base para catalogar en la era moderna al Perú como uno de los países con mayor biodiversidad del planeta.

Hay que reconocer, sin embargo, que desde la época colonial y en nuestra vida republicana la acción del hombre y la denominada civilización occidental no siempre tuvieron en cuenta el tremendo impacto ambiental que causaron las actividades extractivas, como la minería, la industria maderera, la extracción del caucho, entre otras.

La base fundamental para la extraordinaria biodiversidad del Perú siempre ha sido el agua, recurso que, desde tiempos inmemoriales, dio origen a grandes cuencas que permitieron el florecimiento de las civilizaciones precolombinas.

Hoy que el agua ha empezado a escasear en el mundo y que se sufren los efectos del cambio climático y la contaminación, el Perú es una de las pocas naciones que mantienen sus grandes recursos hídricos, por lo que existe el reto urgente de cuidarlos y garantizar su adecuado tratamiento para el desarrollo, la inclusión social y la defensa ambiental.

Esa responsabilidad recae en el Estado, tal como lo han comprendido el gobierno del presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, y el Acuerdo Nacional.

Desde el comienzo de su mandato, el Jefe del Estado decidió revertir la situación de descuido e indiferencia que caracterizó a los gobiernos anteriores con respecto al uso adecuado del agua.

Un equipo de técnicos especialistas viene desarrollando una nueva política de conservación y utilización de los recursos hídricos y se han planteado 15 compromisos históricos, empezando con declarar el agua como patrimonio de la Nación y un derecho fundamental, cuya protección debe estar explícitamente garantizada en la Constitución del Estado.

Así se están armonizando las actividades extractivas con prioridad en el tratamiento del agua con una nueva política que coloca al Perú a la vanguardia de otros países de la región.

Esta pauta ecológica que constituye, a su vez, una respuesta al esfuerzo mundial por salvaguardar los recursos hídricos también es una herramienta eficaz para solucionar las situaciones de conflicto entre las empresas extractivas y las poblaciones afectadas por el impacto ambiental.

El país necesita explotar sus riquezas para generar empleo y crear recursos para derrotar a la pobreza y eliminar las desigualdades, pero, al mismo tiempo, se tiene que garantizar el mantenimiento de nuestra biodiversidad a partir del agua.

Todas las fuerzas políticas de la Nación, los gremios laborales, comunidades rurales, el sector empresarial y la sociedad civil respaldan esta nueva política del Gobierno.

Mientras tanto, el Acuerdo Nacional ha reforzado la estrategia aprobando la política de Estado número 33, referida a los recursos hídricos, en la que los participantes se comprometen a cuidar el agua como patrimonio de la Nación y como derecho fundamental de los peruanos.

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