lunes, 27 de agosto de 2012

E D I T O R I A L



LA   GRAN   AUSENCIA


Mi fotoConduciendo el féretro del héroe civil y de la democracia en Talara, es decir, a Lucho Núñez Taiman, fallecido el 22 de agosto, iba el pueblo compungido, desconcertado a la partida inesperada del hombre ejemplar, limpio, íntegro, inclaudicable.  Es el mismo pueblo, que se constituye en el verdadero juez de los grandes acontecimientos de la historia.


En hombros de su pueblo, testigo mudo de su valentía puesta de manifiesto para enfrentar la opresión en menoscabo de sus hermanos trabajadores, enfrentando la codicia simpar de  las poderosas capitalistas petroleras, para acusar a los sistemas de desigualdad, para encarar las dictaduras.  Ese gran hombre que tuvo que partir para atender otros destinos, era Lucho Núñez Taiman.


Así es mejor, comentaban en el desplazamiento hacia el viejo cementerio de San Pedro en Talara, veteranos trabajadores, socialistas de corazón puros y sinceros, mujeres talareñas, mientras iban reportando la ausencia de las autoridades, dirigentes del sindicalismo petrolero, dirigentes de otros partidos políticos, el periodismo ocupado de cosas nimias.  Así es mejor, se dejaba escuchar, aquí estamos todos los que son, y son todos los que están.


El reproche iba dirigido a la inconsecuencia, a la ingratitud, a la carencia de testimonio para darle majestuosidad a la historia.  La gente comentaba sacando diferentes conclusiones; tal vez, la mas cercana y cierta, era presentir que en este pueblo petrolero, esas personalidades cuestionadas, desconocen la historia, desconocen la entrega, el servicio en favor de la democracia de hombres como Lucho Núñez Taiman.


También se referían al efecto de minimizar una gran jornada de lucha, el itinerario de un hombre que no escatimó levantar las banderas del honor, de salvaguardar los derechos de trabajadores petroleros, vituperiados, sometidos por el látigo de las imperialistas.  La historia, espeta que la democracia sindicalista en la zona petrolera, se fué armonizando, elucubrándose con el sacrificio,  y sangres de la estirpe martirologia de hombres de la talla ejemplar de LUCHO NÚÑEZ TAIMAN.


El principal gran ausente a esta despedida, fué el mismo alcalde de la ciudad, el médico todopoderoso Rogelio Trelles Saavedra, y con él, un colegiado de regidores y funcionarios, la mayoría extraños, no nacidos aquí en la cuna de los ejemplos y de la Revolución.  En ese temperamento, la ignorancia, el desconocimiento hacia  la entrega de los paladines, dejó sentada una versión muy triste y opaca, la miserableza de los que no saben aquilatar los valores de los hombres inmortales.


También extraño resultó la ausencia de las grandes organizaciones gremiales, sindicales del medio.  Donde están los dirigentes de los sindicatos petroleros que lideró con estoicismo el gran paladín del pueblo.  Lucho Núñez dentro de sus grandes objetivos, fué haber logrado la unificación de los dos mas grandes y poderosos sindicatos.  Estaba convencido que divididos, le estaban otorgando un hándicap al empleador opresor.  Esta fué una de sus grandes conquistas.


En todo, hay que recordar que existe un 9 de octubre de 1968 que reivindica su gran nombre.  La miseria expuesta por las autoridades, se reduce a eso, cuando mirando, leyendo y releyendo la historia de ese acontecimiento que generó el DIA DE LA DIGNIDAD NACIONAL, allí encontraremos el gran reconocimiento que le hizo el General Juan Velasco Alvarado, al incorporarle a su  comitiva gloriosa y nacionalista que expulsó a la IPCº, y recuperó a favor del Perú, los Yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas. Lucho, fué parte de una decisión gloriosa y nacionalista.

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