" A PROPOSITO DEL PRÓXIMO ANIVERSARIO DE TALARA".
Museo de la Memoria para Talara
Talara. Más por razones de
verdadera justicia que de odio, para que se repare en el daño ocasionado al
pueblo petrolero de Talara, ahora que cumple 53 años de creación política como
provincia, detengámonos a examinar los siguientes acontecimientos.
En 1968, en el Perú comienza a
funcionar el mundo al revés de las cosas. En ese año, la Junta Militar del
Gobierno de Juan Velasco Alvarado recuperó para el Perú los productivos
yacimientos de La Brea y Pariñas y se creó Petróleos del Perú – Petroperú en
1969, se va la International Petroleum Company y el Estado asume el manejo de su
recurso petrolero.
En 1986 Belco Petroleum Corporation
tenía una concesión que el gobierno peruano jefaturado por el Dr. Alan García
Pérez recuperó por incumplimiento de contrato. Ese acto, sometido al arbitraje,
con la presión de Estados Unidos, determinó que el Perú retribuya US $257
millones vía AIG a favor de Belco. A esta altura de la historia hay que
reconocer que fue Petroperú quien hizo aquel millonario pago.
En el año 1992 se consumió el fatídico
descuartizamiento iniciándose el proceso de privatizaciones que afectaron a
Talara con penosa recesión económica y social (1992 – 2009). Se vendió la flota
de buques petroleros (Transoceánica), se remataron los grifos y plantas de gas
(ahora administrados por consorcios españoles y chilenos).
En el año 1993, se privatiza Petróleos
del Mar – Petromar y se entregan 92 plataformas marinas, ductos y oleoductos
submarinos, muelles, estaciones teledirigidas de bombeo a favor de Petrotech. Es
decir, primero se recupera, se pagaron exitosas indemnizaciones; y luego la
propiedad estatal volvió a una transnacional norteamericana: Petrotech del señor
William Kallop.
En el año 1996, se remataron los campos
productores. El lote X, ubicado en el distrito El Alto, provincia Talara (12 MBD
de producción), se adjudicó a Pérez Companc (petrolera argentina); empresa que
en las narices del Estado peruano, representado por sus gobernantes, se la pasó
a la poderosa Petrobras.
En el año 1998, se desactivaron las
pioneras plantas de petroquímica: Fertilizantes, Negro de Humo y Solventes. Se
vendieron como chatarras. La historia de la vendetta reduce a Talara en
mantenerse sólo con su refinería.
En el risible y vergonzante del
despojo, en 1993 se da marcha atrás y todo el esfuerzo que pagamos en 1968 para
que se vaya la IPCº, se vio traicionado al devolverle a las transnacionales la
administración de nuestros recursos. Con campos petroleros en plena producción.
En el año 2008 puesto en descubierto
las estafas de Petrotech al Estado peruano. Los escándalos de Discovery
Petroleum, la construcción de la Planta Procesadora de Gas Pariñas S.A. sin
conocimiento del Perú, argumentos suficientes para revocar la administración de
Petrotech y robustecer Petróleos del Perú – Petroperú, nuevamente surgió la
canallada, la traición. Petrotech se traspasó en Estados Unidos a un consorcio
integrado por empresas petroleras ESTATALES de Colombia y Korea.
Todo esto, es parte de una historia
negra, de largas noches en desvelo preparando la ignominia a una industria
estratégica. Su valor agregado lo constituye el afectamiento social a la
provincia “Capital del Oro Negro” que cumple 53 años de magra formación
política. No es un homenaje lo presente, más bien, creemos que aquí existen
sobradas razones para demandar la construcción de un “Museo de la memoria”. Todo
y con justa razón. ¿Será acaso todo lo acontecido la aplicación de una política
del sector?
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