miércoles, 8 de febrero de 2012


E D  I  T  O  R  I  A  L



UNA LLUVIA ESCLARECEDORA



Era necesario percibir una primera precipitación de lo que puede ser un largo proceso de lluvias como se ha venido anunciando, producto del distorsionamiento del planeta, por el cambio climático, y buscar ponernos en guardia.  Por lo pronto, en nuestra provincia, hasta hemos deseado que llegara ese momento para saber hasta donde estamos preparados para afrontar fenómenos de esta gravedad.

Siendo consientes de los peligros que vienen acechando a la  humanidad, por los efectos y consecuencias de inusitados fenómenos que enmarca el tiempo, donde con cierto escepcismo vemos como en distintos lugares del planeta, se vienen sucintando eventualidad no presentadas en etapas anteriores.  Todos los días los organismos de advertencia, control que monitorean el comportamiento de la naturaleza, informan de fenòmenos de incalculables daño incluyendo la muerte de miles de seres humanos.

El pueblo de la Provincia de Talara ubicado al noroeste del Perú, que no puede olvidar ni borrar de su memoria los acontecimientos, desastres, tragedia que dejó el fenómeno del Niño de 1983, refugiándose en el miedo impregnado en los espíritus, ha vivido durante todos estos años posterior al evento, deseando saber si acaso hemos logrado con medidas de seguridad y protección, ponernos lejos de repetir la sorpresa.

La ciudad de Talara y quizá todo el norte peruano con el acontecimiento del fenómeno del Niño de 1983 quedó destruida, su resarcimiento no se ha logrado al cien por ciento, pese a los 39 años transcurridos.  Y eso sin tomar en cuenta el grave receso social, deterioro de la economía y muchísimo otros efectos colaterales como fuga de inversionistas, empobrecimiento, epidemias,  encarecimiento del costo de vida, etc.

Pero el costo mas elevado que reporta esa experiencia que debimos asimilar y traducir a favor, ha sido la incapacidad durante tanto años que pasaron y las ciudades, especialmente Talara, siguieron colapsadas sin ningún esfuerzo de recuperación.  Nos hemos dormido en los laureles y ahora cuando el mundo da vuelta, nos encuentra cruzados de brazos y nuevamente las lamentaciones, los ayees lastimeros, los arrepentimientos.  Comenzamos los clásicos reproches, echarnos la culpa unos a otros, mientras la desgracia y la muerte de rien de nuestra falta de responsabilidades.

En el regreso de las preocupaciones de los pueblos por las consecuencias que nos comienzan a dejar las primeras lluvias, nos damos cuenta que no contamos con herramientas de ninguna clase.  El gobierno Regional, quien debería asumir la defensa de todos y cada uno de los pueblos que representa, y siendo la responsable del manejo de los presupuestos, proyectos de defensa civil, maquinarias especializadas para esos eventos;  todo, el margen de su imperativa operatividad, absurdamente lo concentra en la ciudad de Piura.

Es un gobierno de Región, pero esbozado para establecer los recursos y presupuestos para Piura.  'A las demas provincias que se las coma el tigre'.  El pool de maquinaria, que se adquirió con el dinero regional y para toda la región, en la práctica no cumple y por eso en estas primeras lluvias cuando requerimos apoyo, se comprueba que lo de gobierno regional es una pantomima, un garabato, una estúpida interpretación producto una seuda concepción, diseñada por los vivos de la política que jalan agua para sus molinos.

El llamado para los alcaldes de todas las municipalidades, para que vayan al frente y emplacen al gobierno regional.  Las condescendencias no caven, el primer deber es defender los derechos de los vecinos, los ciudadanos que han otorgado el mandato,  y después el partido.  Eso le corresponde hoy al Dr. Trelles Saavedra, olvidarse de las consideraciones de "Construyendo
 Región", y demandar con energía el derecho que le corresponde a Talara de ser auxiliada  en las emergencias con la eficacia y urgencia que corresponde.

DIRECTOR DE ASPETA
RICALDI RAMIREZ RUIZ

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