miércoles, 15 de febrero de 2012


D E S D E    M I    E S Q U I N A


"RICHARD KINBOL"



"PREMIO GUISSNESS PARA UNA CIUDAD QUE EXPLOTA EN DESAGÜES"


 Es remotamente imposible ubicar una sola persona en el mundo que admita la existencia de ciudades petroleras empobrecidas, agotadas por la orfandad, lastimeras que extiendan la mano demandando misericordia y comprensión.

La verdad es que esta realidad a que nos referimos, mas semejante  a una paradoja, de dificil concebir, se refiere a la existencia de una ciudad-petrolera abandonada, sin agua, sin protección ambiental, sin que nadie repare en sus penurias.  Pero, aunque no lo creamos, si existe una capital petrolera con un cuadro, una carga de males generacionales.  Se trata de la 'pobre Talara', cuando otras por producir y vender limones, mangos, artesanía, agricultura artesanal, gozan de mejores niveles de vida (que no tienen ninguna culpa).  Esa ciudad se sigue llamando Talara.

Una ciudad capital de una Provincia que por sus riquezas y portentosas posibilidades de desarrollo que encierra, debería gozar de un panorama de consideraciones que la trasladen a otro tipo de tratamiento social, vive sumergida en un estado de salud deplorable, enferma y muy lejos de resolver traumáticas necesidades.

Toda ciudad tiene la semejanza social de una persona.  Aquella, cuando fué niño y no tuvo la dicha de un cuidado, cultivo esmerado para una segura supervivencia, con el transcurso del tiempo sufre los embates, la atacan las calamidades, afloran las taras, los maltratos a que fue sometida.

Igualmente sucede con las ciudades que no tienen asistencia, que crecieron desprotegidas sin operarles oportunos planes para su crecimiento sostenido.  Ellas sucumben por adolecer de la robustez en los mecanismos de planificación con asistencia gradual de políticas sistemáticas,   aplicándose en la mejor medidas que vayan madurando socialmente.  Es el tipo de raquitismo social, caso cruel, episòdico como convive, sobrevive la población de Talara.

Al colmo de sus grandes males y necesidades, por la falta de prevención con planificación señalada anteriormente; hoy por hoy, sufre por sus sistemas de alcantarillado y desagües, afectados con vejez prematura por la deficiencia de sus construcciones, en estado completamente colapsados;  un día revientan unos, otro día se suman otros.  Para colmo de males, Talara (Casco urbano) se levanta sobre una infraestructura sanitaria que data de 80 años de vida. 

 Fué un sistema instalado por la Internacional Petroleum Company. IPCº, desde entonces, escasos fueron los esfuerzos para dotar a esos mecanismos colapsados de mas vida.  Esa es la razón que el enfermo social ya no soporta ni tolera mas, y se le precipita a la muerte poniendo a la ciudad en graves peligros, pues nunca nos preparamos para encarar estos finales inexorables.

Esto conlleva a que en los últimos meses, la ciudad parezca una Venecia, con la descomunal diferencia que Venecia es un paraiso del mejor turismo mundial, mientras que nosotros somos una bomba de terribles pestilencias, detonante del que tardaremos todavía mucho tiempo en superarle por lo oneroso que resultará el costo de su reconstrucción.  Por lo menos se necesita una inversión social de quinientos millones de dólares, para un resarcimiento total. 

Se ha llegado al extremo que por calles, avenidas que transita su gente, se topan con aguas putrefactas que corren contaminando el ambiente perjudicando la salud pública. Sin tener ínfulas de pitonisos, creemos que por la macabra indiferencia de los que manejan la población, aquí no resolveremos nada antes que transcurra el próximo quinquenio. 

Ni las mismas empresas que laboran en el medio quieren ni tienen la intención de involucrarse en la solución. Esas empresas, no reparan que por efecto de la contaminación generalizada, los trabajadores pueden conducir vector epidemiológicos a los mismos centros laborales.

Lo cierto, como lo reza nuestro titular, esta ciudad puede clasificar para recibir un 'premio guissness', mención a la dura realidad e indiferencia, al elevado grado de irresponsabilidad.  Que tal si Talara no produjera nada en absoluto, el rigor de abandono y desprecio fuere mayor.

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