viernes, 14 de junio de 2013

S O C I A L

CORRUPCIÓN: ACTUALIDAD DE GONZÁLEZ PRADA
 

Sigifredo Orbegoso V.La prematura campaña electoral - alimentada por la incontrolada lujuria del poder – ha determinado que se caiga o remueva la costra que disimulaba la podredumbre subyacente de nuestra realidad política. La pareja presidencial soñó con repetir el plato ya la primera noche del triunfo. Y, entonces, algunos presidenciables reincidentes, pensaron que podían caer en desventaja y comenzaron a hacer lo suyo. Pero como coincidencia o frío calculo, se ha ido generando un proceso de investigaciones parlamentarias orientadas a establecer el origen patrimonial, especialmente inmobiliario, de los aspirantes al sillón presidencial.
Pero a propósito de las perlas que se han ido descubriendo y que han tenido gran profusión mediática, ha salido a relucir también la corrupción en otros campos de la actividad oficial y no oficial que se extiende como una mancha de negro aceite por todo el territorio nacional. Lo que comprende desde luego, las mafias de estirpe política y la otra del crimen organizado, del hampa, del sicariato, de marcas y especies menores de escaperos, etc. Pero, además, han salido a luz ya no delitos, sino flagrantes y, por lo tanto, incontrastables inmoralidades.

 
Es decir, nunca como ahora tienen vigencia las palabras severas de ese viejo integérrimo que fue Don Manuel González Prada muerto en 1918. Nuestro país – decía - es un enfermo que “donde se pone el dedo brota pus”. Ha pasado casi un siglo y a las “Figuras y Figurones”, frase con la que zahería en uno de sus libros a la “aristocracia” del poder que añadía no los diferenciaba ningún abolengo de pergaminos: la “única línea divisoria era la del dinero”, ahora ha “progresado” a la del dinero mal habido de la coima para los chicos y el “faenón” para los grandes. Y aquí estamos, con un futuro incierto, gris – que no lo ven los optimistas que creen que con solo serlo las cosas van a cambiar – como antes de Don Manuel lo vieron y se equivocaron. Al respecto ya alguien decía: “Pesimistas son aquellos que saben cómo terminan los optimistas”.

Pues de lo contrario no estaríamos lamentándonos ahora. Lo que no quiere decir que si al optimismo se le agrega la decisión de una acción radical y profunda como lo es una cirugía mayor para extirpar el cáncer, y se sigue con paños tibios y cataplasmas pretendiendo “transformar” qué, ¿sus patrimonios?, entonces no se seguirá sino administrando el orden establecido en beneficio de los de arriba. Lo demás son palabras para los cándidos que, lamentablemente, con palabras mayores decía L.N. Tostói: “Debe valorarse la opinión de los estúpidos, porque ellos están en mayoría”. (Muchos políticos “justifican” sus fechorías notoriamente dirigidas a esas mayorías)
 

 Habida cuenta que nuestro pueblo no tiene memoria, habrá que recordar también lo que dijo otro pensador: “Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen”, habría que agregar por desmemoriados. Ojalá - hay que abrigar la esperanza - que algún día recuperen la memoria. Que no sea demasiado tarde nomás.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario