jueves, 27 de junio de 2013

E D I T O R I A L

AHORA QUE VENGA LA PAZ Y RECONCILIACIÓN

 
La Ley de la República en la decisión de una Sala de Apelaciones presidida por el correcto Juez Luciano Castillo en Sullana, por intermedio de una audiencia, acaba de dar un fallo muy certero que además de sentar un gran precedente de equilibrio y proporcionalidad en justicia, permite aclarar y despejar controversias que han podido motivar querellas intestinas de elevado calibre, en perjuicio del pueblo petrolero de Talara.

Resultaba exigente un fallo de esa naturaleza por que ha despejado de forma definitiva las falsas interpretaciones, intenciones tenebrosas; y como gigante maquinaria ha venido a pulverizar los cimientos de un peligroso fenómeno de corrupción que venía creciendo como un cáncer que nos llevaría inexorablemente a la muerte social.

En ese peligroso estado de enfrentamiento y tensión se encontraba Talara, Un sector poblacional desentendido en la razón legal, aferrado defendiendo los aberrantes caminos de procesos en delincuencia que han dañado moralmente a la cultura del pueblo petrolero. Y el otro sector, decidido hasta el límite del sacrificio a no permitir que la ciudad sea manejada con las leyes del hampa conduciéndola a su destrucción moral.

Por eso es que cuando el caso pisó tierra sullanense, el entendimiento se centró para dar pase a la credibilidad que en esa bendita sede, surgiría el temperamento de jueces sabios a quienes se les confió la decisión de interponer justicia definitiva, y por ende, permitir poner la ley y el derecho en su verdadero lugar. Ello daría lugar a sancionar ejemplarmente la comisión del delito y desde luego a todo su actores.

ha sido suficiente que en la Audiencia de Sullana, se ponga como reserva y garantía moral, la magistral conducción de la misma, confiada en la formación ético-profesional de los 3 integrantes de dicha sala penal de apelaciones, presidida por el correcto magistrado Luciano Castillo. El desarrollo de la Audiencia dejó el eco de una intención correcta, recurrente con la exhibición del principio de autoridad, capacidad, no permitiendo sin atisbo alguno que las sucias maniobras, la pose tinterillesca, el argumento marrullero, pudieran trastocar el verdadero sentido de la sesión que ha merecido el aplauso en el corrillo jurisdiccional.

El sometimiento a esta especie de intermediación neutral, bajo el arbitraje de un juez cuyo prestigio ha traspasado las fronteras de una verdadera como auténtica manera de manejar la justicia, permitirá que los ánimos en uno de los dos casos se manejen con responsabilidad, temple, cordura; y en el otro lado, que admitan que la palabra ha sido interpuesta en el pleno marco del derecho y recta administración de la justicia; de tal manera que no existirán demandas necias so pretexto de heridas por cerrar.

Las velocidades sociales de desarrollo que emprenden los pueblos no permite que Talara se de el handicap de estar detenido por atender querellas inoficiosas. Bastante tiempo ha perdido esta Provincia, muchos dinero y otros recursos han sido dilapidados. A pesar de estar entre los privilegiados pueblos peruanos que gozan de excepcionales ingresos por Canon Petrolero, no desarrolla, no vincula con esas expectativas.

Por ello, ha voltear la página, a curar las heridas y todos juntos sumar los esfuerzos para volver a entregar todas las capacidades y sin discriminaciones ni resentimientos, retomar las herramientas del trabajo terminando o jubilando definitivamente todos los raigones motivadores de parálisis, desencuentros. El fantasma de la corrupción será cosa del pasado dejando ahora que la justicia sancione a todos los responsables del gran daño a Talara.

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