CUESTIÓN DE BOTAS.

El hecho es que a pesar de las ventajas otorgadas a quienes sirven, para el derecho fundamental de la persona son insuficientes, porque estas son impuestas a la mala, con multa incluida si no acepta los resultados del sorteo. Es decir, que la contraprestación que ofrece el Estado a los reclutas del servicio militar serán óptimas en la medida que sean atractivas para que el servicio militar no sea obligatorio sino voluntario. Hoy, a pesar de la oferta de la carrera técnica y hasta la línea de crédito bancario, pasando por su ‘propina’ que ni siquiera llega a un sueldo básico, muchos jóvenes se resisten a vestir el uniforme militar, pues se han dado cuenta que esto no es suficiente así sean muy humildes, ya que en las condiciones en que hoy se mueve el mercado, mucho más dinero pueden ganar en la calle ofreciendo algún tipo de oficio, dejándoles tiempo incluso para estudiar lo que ellos quieran.
En resumen, el servicio militar que hoy se ofrece no es, por ningún lado donde se le mira, atractivo a los jóvenes, porque significa un régimen de trabajo de 24 horas y a una forma de explotación que le impongan sus ‘superiores’, salvo que los manden allí de castigo y por relajados.
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