lunes, 18 de noviembre de 2013

RECORDANDO A TÚPAC AMARU

KAUSACHUN, CONDORCANQUI
 
noticia principalNuestra música. La libertad de los pueblos latinoamericanos tiene un chispazo de sangre y coraje en nuestro paisano José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II. Gesta que ha inspirado a artistas de todas las épocas.
 
La creación del Virreinato del Río de la Plata fue la causante indirecta de este movimiento, al  desequilibrar el poder económico del Virreinato del Perú. Túpac Amaru II, como cacique de Pampamarca, Tungasuca y Surimana, presentó a la Real Audiencia un escrito respetuoso, donde solicitaba el cese de la mita (trabajo obligatorio en las minas), los obrajes, el sistema de repartimientos; documento que no mereció respuesta.
 
Este silencio ofensivo decidió a nuestro personaje a iniciar un levantamiento que tuvo muy buena acogida, pues por donde pasaba la bandera del arcoíris se terminaban los abusos y se ensanchaban las huestes libertadoras. El tristemente recordado corregidor Antonio Arriaga fue tomado prisionero y obligado a firmar una carta dirigida al cajero de Tinta, un 4 de noviembre de 1780, teniendo como resultado dinero, armas, municiones, oro y pobladores de los pueblos vecinos que se unieron a la revolución.
 
Precursor social
 
Pero su lucha no estaba pensada solo en la reivindicación de los indios, ya que el 16 del mismo mes da la suspensión de la servidumbre y la libertad a los negros esclavizados.
 
 
Dos días después, 18 de noviembre, vendría la victoria rebelde en Sangarara. En la iglesia del pueblo se había atrincherado el ejército realista, los que hicieron “oídos sordos” al pedido de desalojo del templo. Una pedrada contra el Inca, desataría la batalla, que terminaría con la explosión del polvorín que los chapetones tenían dentro, matando a cerca de setecientas personas.
Cuentan que Condorcanqui mandó a curar a los heridos realistas y pagó por el entierro de sus enemigos, comprometiéndose a reconstruir la iglesia, pero igualmente fue excomulgado por el obispo Moscoso. Aunque después la historia nos cuenta el fin de este gigantesco grito, que sacudió al poder español, la voz ‘Kausachun’ sigue viva y ha florecido en ramos  de canciones, poemas y luchadores.
Uno de ellos fue don Alejandro Romualdo Valle, cuyos  telúricos versos cantan, en nombre de Túpac Amaru II, a la memoria de los miles de indios, negros, mestizos y criollos que encendieron la antorcha libertaria que crece con la lluvia.
Canto Coral a Túpac Amaru II
Alejandro Romualdo Valle

Lo harán volar con dinamita.
En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.
A golpes le llenarán de pólvora la boca.
Lo volarán: ¡y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza. Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos.
Lo patearán a toda furia. Luego lo sangrarán: ¡y no podrán matarlo!

Coronarán con sangre su cabeza:
Sus pómulos, con golpes. Y con clavos sus costillas. Le harán morder el polvo.
Lo golpearán: ¡y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos.
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán. Y a golpe de matanza, lo clavarán: ¡y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Querrán descuartizarlo, triturarlo, mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Al tercer día de los sufrimientos, cuando se crea todo consumado, gritando: ¡libertad! Sobre la tierra, ha de volver.

Y no podrán matarlo.
                                   

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