jueves, 28 de noviembre de 2013

BUSCANDO LAL BICAMERALIDAD
 
 
Ayer la Comisión de Constitución del Congreso, que preside el oficialista Omar Chehade, ha aprobado por siete votos a favor y cuatro en contra, el retorno a la bicameralidad en el Parlamento, con lo que se implementaría una Cámara de Diputados con 130 miembros y una de senadores con 60 legisladores, una propuesta que desde hace muchos años viene generando un tremendo rechazo entre los peruanos.
 
A eso se suma que con la creación de la llamada "cámara alta", los presidentes constitucionales, al dejar sus cargos, pasarían a ser senadores vitalicios, con lo que gozarían de inmunidad parlamentaria por el resto de sus vidas, como lo fue hasta el 5 de abril de 1992, en que Alberto Fujimori cerró el Parlamento y se trajo abajo la Constitución de 1979, que incluía esta figura para los exgobernantes.
 
Irónico que con una Cámara de Senadores se pretenda tener un foro que permita revisar y mejorar las normas que vienen de la Cámara de Diputados, si se tiene en cuenta que en el proyecto aprobado ayer no se establece ningún requisito especial para postular a la primera de las mencionadas, con lo que en teoría tendríamos que un senador podría ser una persona que no tiene ni instrucción primaria.
 
Sin duda, la Comisión de Constitución no puede haber elegido un peor momento para debatir y aprobar en primera instancia la propuesta de la bicameralidad, pues el Poder Legislativo cuenta con una aceptación por demás baja ante tantos escándalos protagonizados por sus miembros, mientras los expresidentes son objeto de investigaciones, cuyos resultados se conocerán en meses o años.
 
Para hacer cambios tan audaces, el Congreso, tal como funciona hoy, debería preocuparse primero en mejorar su imagen ante los peruanos, a fin de que el aumento de legisladores, muchos de ellos cuestionados, no genere más rechazo y desencanto entre los peruanos.

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