jueves, 14 de noviembre de 2013

KEIKO Y EL DINERO MAL HABIDO.
 

Se ha hecho excesivo barullo por el aporte ascendente a S/.41,600.00 efectuado por un empresario mal afamado, quien responde al nombre de Luis Calle Ríos, vinculado por el gobierno americano, al lavado de activos del narcotráfico. El malandrín, nacido en el Perú y con hermanos que se desenvuelven en este país, parece haberse acogido al beneficio de la doble nacionalidad que otorga España a muchos ciudadanos de Latinoamérica. Después de la embestida del toro de los chiqueros, el colectivo político denominado Fuerza Social, que es como se le conoce al fujimorismo en el Congreso, señaló no conocer al aportarte, luego añadió que un hermano suyo era un ilustre correligionario y finalmente optó por devolver la plata.
 
Debe haber miles de individuos como Luis Calle Ríos, perfectamente ubicados por el Servicio de Inteligencia americano, que no sólo se dedica a interceptar las comunicaciones de Angela Merkel y Dilma Rouseff, sino también tiene sus registros de “pecata minuta”, constituido por individuos prestos a colaborar con el partido que tenga un 12 o 15% de posibilidades en la intención de voto, sumas que se irán incrementando en la medida que aumenten las posibilidades del candidato, llegando a niveles del mecenas Pablo Escobar, si las posibilidades electorales de la candidata fuesen apreciables.
 
No voy a votar por Keiko, pero tampoco puedo unirme a este coro para atacarla, sobre todo cuando la suma recibida no lo amerita. En mi fuero interno creo que el ingeniero Alberto Fujimori debe tener cuentas bancarias cifradas en caracteres orientales, que deben ascender a no menos de dos mil millones de dólares, suma que Keiko tiene que conocer, pues su padre con los almanaques que carga en la espalda, la reincidencia oncológica en la lengua, el desmedro físico, la pijama arrugada y la cara de despistado, que aunque se trate de una “mise en scene”, logra impactar a quienes lo observan con la mirada difusa en la esfera del tensiómetro.
 
Independiente de la sentencia de la Corte Suprema, todos tenemos la convicción de que el expresidente es tan rico como lo fue Alfonso Capone en sus buenos tiempos. Tenemos la certeza íntima del laberinto llevado a cabo por las dos hermanas del exmandatario, de las maletas que se llevaron con divisas norteamericanas, del despojo que sufrió APENKAI -receptora de la ayuda japonesa destinada a los pobres del Perú-, del avión tapizado con clorhidrato de cocaína, que servía para el desplazamiento del primer magistrado, de los viajes de Víctor Aritomi, embajador del Perú en Japón y malabarista de operaciones fraudulentas, quien debe demostrar inmenso aprecio por Keiko, esperando que el cuñado del pijama arrugado se desplace a otra dimensión. En ese momento el sucio billete va a quedar en poder de los herederos del embajador.
 
El hecho que haya anunciado en este artículo que no voy a votar por Keiko, no significa que desee lo peor para ella, por eso me permito recomendarle que viaje al Japón y haga prevalecer sus derechos de heredera. Una vez que haya asegurado el vil metal en el archipiélago, puede volver a estas tierras y presentarse a cualquier contienda política.
 
Fujimori fugó del Perú a fines del año 2000 y cayó preso en Chile a fines del 2005. Durante ese lapso vivió en un elegante hotel, en una de las ciudades más caras del mundo. Fueron un total de 2000 días en que gastó mil dólares por cada anochecer. Un hotel que se respete debe costar 500 dólares por día, desayuno, almuerzo, comida, ropa limpia y llamadas telefónicas, duplican el gasto y atenciones a una dama, servicio de Remisse con chofer en la puerta, inscripción en una lista política, tentando una senaduría y, finalmente, el alquiler de un avión para que lo traiga en vuelo directo a chile, son gestos que denotan que el caballero vivía con la exquisiteces de un duque ruso en la Costa Azul, después de la revolución de 1919.
 
Los intereses producidos por todo el billete reseñado, sirven para afrontar el gasto de Alberto Fujimori, el capitán Montesinos, los ministros a su servicio durante diez años y los miembros del parlamento, cuya bancada política cambiaba de nombre cada seis meses.
 
Keiko debe estar consciente de las irregularidades aquí mencionadas. hará un esfuerzo para limpiar la imagen de su padre, pero debe ser prudente y asegurar lo depositado en la cueva de alí baba, que debe quedar en la mesopotamia. en todo caso, si ella llegase a ser elegida, tendrá la oportunidad de no gastar ni en una caja de chicles, cargándolo a la Presidencia de la República y puede navegar alejada de la bandera del descaro.
 
Es alentador el resultado que obtuvo en las últimas elecciones, que me perdone, pues al momento de alabarla voy a decir que nuestro pueblo no distingue la paja del trigo. Debe recalcar que tenía muy pocos años cuando su padre hizo las veces de Atila en estas tierras y, antes de despedirme diré que merece un “in dubio pro Keiko” y esperar la llegada de los comicios. Si existe un caudal apreciable de votos, descuente el mío, que en todo caso no servirá de nada.

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