POR : RICHARD KINBOLL

DESDE    MI     ESQUINA   
 

LA FIESTA DEL USURERO Y DEL ESPECULADOR

 

 

Por lo menos en los últimos tiempos todas las fiestas que se anotan en el calendario nacional, devienen en un terrible dolor de cabeza, una merienda rancia para el público.

 

Tiene la contundencia de una jaqueca muy afectiva para el bolsillo de los públicos C y D, es decir los de menores ingresos. Los 'sistemas' que imponen esas condiciones son: La especulación y la usura, ellos son dueños de esa terrible tercera persona.

 

Para aquel público usuario de la referencia, le sería preferible que el Estado se olvide de calendar las fiestas que en el Perú tienen un efecto inverso. El Estado las promueve y los públicos, la nación mas pobre costean los gastos. Al especulador le vasta decir o invocar las leyes de la economía de mercado para que tenga patente de explotador.

 

Y en lugar de entender las cosas en su real y verdadera dimensión como ocurría antaño, ahora decir viene una fiesta, es señal de alarma, es preparar la cartera para el gasto. Quedó en el pretérito el recuerdo de interpretar una fiesta como un síndrome que traía alegría, regocijo y de verdad se hacían esfuerzos para que los resultados queden grabados en el corazón de las gentes.

 

Nos ha motivado escribir esto, por la insinuación de la gente que al ingresa al 'dificilísimo' mes de la Navidad Cristiana, presienten que en lugar de regcijar el alma con buenos momentos, se inyectan penas, nostalgias, tristezas eternas. Todo deviene que esos malditos especuladores se vienen preparando desde siempre debiendo ser ellos, los victoriosos al final del combate.

 

 

Han transcurrido apenas los cuatro primeros días del mes del amor, la paz, y los mercados ya cuelgan precios, tarifas de exigencias propias de los usureros. Los alimentos de primera necesidad con inflaciones fantasmas del 50%; los servicios, transporte; hasta las multas se inyectan de efecto multiplicador. Los servicios policiales habrán de salir como jaurías desalmadas en el ánimo de explotar a empobrecidos choferes.

 

A todos los de arriba o que tengan un cargo privilegiado, les llegará su momento propicio en aprovechar la especulación. Todos responderán estamos en días de fiesta y no tengo tiempo, no puedo, salvo que un buen incentivo allane el camino. Las autoridades sin distinción alguna, se irán bien lejos para que nada les incomode, de ese modo quien las reemplace en su ausencia será el que maneje las decisiones.

 

Todos los años esa pobre gente cobriza que han venido del Ande hacia los grandes centros poblados, y que los anima ir a pasar la fiesta, la navidad con los suyos, son asaltados en las agencias de transportes donde un pasaje de 30 soles se convierte en otro de 80. Así està el país manejado por los nacionalistas y que con ironía o sarcasmo les dicen "compatriotas". Las autoridades cruzadas de brazos, responderán que es el resultado de la ley de "Oferta y Demanda", agregando finalmente como tomadura de pelo : FELIZ NAVIDAD CON UN PRÓSPERO AÑO NUEVO.