martes, 18 de diciembre de 2012

POR, RICHARD KINBOLL

DESDE    MI    ESQUINA            

 
¿DE DÓNDE SALE TANTA DELINCUENCIA?
 
Aunque traten de maquillar la realidad social del país, terminaremos por admitir que la seguridad ciudadana no sólamente refleja graves deficiencias, no se evidencia, y se encuentra en grave peligro. En el plano de no quedarnos como burdos criticones admitiremos que existiendo esfuerzos estos no tienen resultados.
 
Se deduce de un buen tiempo a esta parte que la sociedad peruana va perdiendo la batalla, se encuentra asediada, la delincuencia viene demostrando que sus armas son mas efectivas, no cuentan con los frondosos presupuestos que el Estado invierte para combatir el flagelo, evidentemente como la mejor fotografía los resultados están allí en las calles.
 
Todos los peruanos somos conscientes que el problema y sus terribles consecuencia son muy complicados; lo delicado es que las respuestas no pueden quedar allí. Qué pasa que las políticas y programas para neutralizar el fenómeno, hasta el momento no se dan y no anuncian el 'parto' a pesar que en la medida que avanzamos en el tiempo, damos cuenta de gastos y gastos, formulación de mayores presupuestos, nuevas tecnologías anti delincuencia, "nuevos tanques de guerra" buscando eliminar el delito, y aquel mas bien está envalentonado y fortalecido.
 
Suponemos que el efecto geométrico de su evolución, el crecimiento acumulado desde los últimos 27 años (primer gobierno de García Pérez), sinó se detiene ahora, su curso avizora un deterioro social de gran magnitud. Esto es tan peligroso o tal vez mas aún, a otros anuncios apocalípticos como tsunamis, terremotos, tornados, huracanes, (...).
 
 
Y esto que los resultados percibidos ubicados en el término mediático son los que victimizan a la persona, a la calle propiamente dicha, y no aparecen resultados de los sectores referidos a las esferas gubernamentales, a los lugares nucleicos de los poderes del Estado donde la delincuencia y la corrupción campean y golpean con efectos multiplicadores muchos mas mortíferos.
 
Cómo hacer en una sociedad en graves apuros donde nadie garantiza nada. Alguién en este Perú dijo: "Y quién moraliza al moralizador?", en el caso cierto cuando dentro de la espada moralizadora del Estado existe mayor deterioro social que en la delincuencia de la calle que es convicta y confesa. 
 
Si bien el pais se encuentra convulsionado por la nula seguridad ciudadana, hasta el momento probado está que no hemos podido quebrar la columna vertebral de la monstruosidad de delitos que se operan, verificándose al interior del Estado que el peligro vá en paralelo. Porque no podemos negar que exista delincuencia en el Legislativo, Ejecutivo, Justicia, Educación, PNP. Poder Municipal. En fin donde se ponga el dedo... salta la pus.
 
Allí están por ejemplo las "bandejas de plata" de congresistas, ministros, alcaldes, policias, militares, jueces, fiscales que trafican, generan conflictos de intereses, y en otros casos desaparecen los presupuestos y dineros de sus instituciones. La corrupción en la seguridad social (hospitales del Estado), concretamente la delincuencia dentro de municipalidades es alarmante, en las dependencias laborales mediante jueces de trabajo que venden la justicia a la parte patronal por irreverentes coimas que reciben.
 
La cosa se torna irreversible mientras en el Perú no se tome en cuenta que el moralizador es el primer agente del delito, la explicación viene sola al observar que por mas que llenemos al país de policias, patrulleros, tanquetas, aumento de sueldos, estímulos mil, la delincuencia está pegada y es parte de estas herramientas, la solución no vendrá fácil, menos ahora.

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