No hay liderato de izquierda en América Latina

El Apra es un partido. Pero, sobre todo, es una ideología, un estado de ánimo historicista. No somos marxistas. No somos leninistas. Somos dialécticamente hegelianos. Nuestra doctrina de 1930, subsiste, pese a que se ha realizado malamente la reforma agraria, nuestra columna vertebral programática.
Pero, volvamos a la oratoria. Recuerdo párrafos de Haya de 1931, 1933, 1945. Nadie ha hablado así en el Perú, ni en América Latina. Transcribo tres fragmentos de discursos del Jefe comenzando por esas frases premonitorias del día que comenzó la zoocracia y el canibalismo con la asunción al poder de Sánchez Cerro. Dijo ese diciembre de 1931: “Esta no es una tarde triste para nosotros, vamos a comprobar en el crisol de una realidad dolorosa, quizás, la consistencia de nuestros principios y la sagrada perennidad de nuestra causa”. En Trujillo, en 1933: “Yo recuerdo que en una de las más bellas cartas que el libertador Martí escribió a su madre, expresando o queriendo expresar la inexplicable emoción del retorno a la tierra, le decía, con palabras no puedo. Y yo siento ahora, como que tengo que decir lo mismo, con palabras no puedo”.
Y en mayo de 1945: “Este es para nosotros un día jubiloso de reparación y de reencuentro. En esta Plaza, ágora de asambleas inolvidables, volvemos a juntarnos bajo la égida del Protector del Perú, que nos legara con los colores de la Patria la consigna sagrada que la libertad entre nosotros es expresión de la voluntad de los pueblos y de la justicia de su causa que Dios defiende. Hemos hecho en esta tarde, compañeros del partido, un paréntesis a nuestra jornada electoral. Era necesario que sólo nosotros nos reuniéramos en la intimidad de esta magnífica asamblea para celebrar nuestro retorno a la legalidad, porque ya somos ciudadanos otra vez”. En Haya se sintetizaba lo que es un orador: la palabra y la biografía.
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