El chavismo en el tiempo

La oposición intentó sacar a Chávez del poder apelando a una revocatoria, en agosto de 2004, que este terminó ganando. Para entonces ya se beneficiaba del crecimiento económico que ha favorecido a toda la región desde esos años, basado en el aumento de los precios de las materias primas. Esto, y el ausentismo de la oposición le permitió consolidar un poder prácticamente total: en diciembre de 2005 las elecciones legislativas le dieron a Chávez el control del 100% del Congreso, hegemonía confirmada con la segunda reelección de Chávez en 2006.
En este periodo se consolidaron las políticas sociales que han generado la identificación de gran parte de los sectores populares con Chávez; al mismo tiempo, se dejó la lógica de frente político para pasar a una más ideológica de construcción del “socialismo del siglo XXI”, y del “partido único” de la revolución. Dos caras de la misma moneda, que dieron lugar a mejoras sociales, pero también a ineficiencia, corrupción, culto desmesurado a la personalidad, y acentuación de un modelo económico petrolero y rentista, nada “alternativo”. Esto le dio nueva oportunidad a la oposición, que recuperó presencia en el Congreso desde 2011 y en la elección presidencial de 2012, en la que Chávez fue reelecto por tercera vez.
¿Qué lección extraer de este recorrido? A mi juicio, que la concentración excesiva de poder es intrínsecamente negativa, y que conspira contra las mejores intenciones revolucionarias. También que si la democracia no es eficaz en el terreno distributivo, siempre estará amenazada por liderazgos mesiánicos.
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