martes, 26 de marzo de 2013

E D I T O R I A L

CRECIMIENTO VEGETATIVO NO ES DESARROLLO

Desde 1968, fecha que un Gobierno Peruano recuperó la administración política de la ciudad "Capital Petrolera del Perú", desde entonces por nuestra cuenta y peculio, el Estado concedió la potestad a Talara para que a su iniciativa, proponga y plantee su propia evolución y desarrollo.


En armonía a ese proyecto, el primer paso importante que se dio, fue la creación de Petróleos del Perú, desde ese momento la primera Empresa Petrolera Nacional.  Se pudo probar que desde su nacimiento Petroperú (1969) hasta el año 1996, año de su desarticulación, el Perú, Talara y, la Industria Petrolera Nacional, evidenciaron un verdadero salto de desarrollo. Petroperú era empresa propia y, competitiva.


El solo hecho de su incursión en 1975 en el campo de la petro química (Fertilizantes, Negro de Humo, Solventes), formatearon el advenimiento de una prosperidad, estabilidad, competitividad, en el mercado regional de los hidrocarburos.  Petroperú logró alcanzar un nivel de desarrollo sustentable y de apertura para el éxito de la Industria Petrolera Nacional.

 

Lo señalado en esa primera etapa de vida de Petroperú, se atribuye como virtuales decisiones para llegar a un gran desarrollo directo. Accidentalmente, esa gran visión se truncó, con la desgracia de un proceso de privatizaciones operado por la dictadura de Alberto Fujimori, ejecutor de la voluntad política del neo-liberalismo que buscaba la primacía del capital con la empresa privada.


Desde aquella fecha 1996, es decir 17 años atrás, el programa de reemplazo operado por las empresa petroleras de capitales foráneos, que administran los Lotes (anteriores de propiedad de Petroperú), por esa interpósita realidad, no se ha vuelto a lograr medidas de ningún lado que sirvieran para establecer bases de retomar el camino del cambio, desarrollo, evolución, de la Industria Petrolera Nacional, involucrando a Talara.

 

Y por ello, no es digno de encomio, que los sucesivos gobiernos peruanos que vinieron después de la dictadura mencionada, no se hayan ubicado en la verdadera y productiva posición de operar el manejo del recurso de los hidrocarburos, con un mecanismo eficiente soberano y nacionalista.  La casi totalidad de estados tanto en América y resto de continentes, todos operan directamente su riqueza petrolera.


Hasta que llegamos a la concertación de muchos esfuerzos de técnicos peruanos, que han planteado la necesidad urgente de operar la Modernización de Refinería Talara y, por necesidad imperativa la recuperación de los Lotes cuyos contratos con petroleras extranjeras, que se encuentran en tiempo de concluir. 


Después de la decisión de 1968, este sería el segundo paso que otorgaría el sello de ir al encuentro de un DESARROLLO SEGURO.  No se ha operado entre uno y otro acontecimiento en la zona petrolera, medida, proyecto de vasto alcance, que brinden y aseguren la oportunidad de plantear el crecimiento de verdadera geo-política sustentada que necesita esa industria y por ende el Perú.


Mientras tanto, la ciudad de Talara, como eje principal de un proyecto que garantice una vida saludable de larga data, se ha visto afectada con un crecimiento  vegetativo social, que la ha empobrecido y, por todo lado la ha cubierto de inseguridad ciudadana por crecimiento demográfico desmedido.


Significa que los ejes de las abcisas y ordenadas, no vinieron en estos años hablando el mismo idioma.  Talara ya debería ser una ciudad petrolera desarrollada y, no seguir demorándose en crecer en pobreza, necesidades, ausencia de servicios, insensibilidad de los mismos gobiernos como el actual. 

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