jueves, 9 de mayo de 2013

POR RICHARD KINBOLL

DESDE MI ESQUINA
 

 
RENUNCIA UN EMBAJADOR
 
 
La noticia se dio ayer a partir de las cuatro de la tarde. El embajador peruano en Venezuela Luis Raygada, renunció al cargo en decisión irrevocable. Nadie sabe si la renuncia le fue solicitada por el Ejecutivo -por Nadine a lo mejor- o porque reconoció que muchas veces los hombres movilizan la lengua sin percatarse que el cerebro esté activado.
 

 
Pero, ¿Cuál ha sido la razón que llevó al Embajador a dejar su cargo de forma súbita?. En momento que el temperamento del Presidente Maduro de Venezuela sigue la secuencia de 'mírame y no me toques', como auténtico heredero Chavista, violento, desafiante, pretendiendo impactar en base a incomprensibles intolerancias.

 
 
La renuncia no viene por ese lado, no ha existido formulación de exabrupto que haya provocado las "Iras Santas" de Venezuela. Es mas, por sus propias declaraciones todo parece indicar que nuestro ilustre Embajador políticamente, mas bien, está integrado ideológicamente a la comparse Chavista.
 

 
Efectuada las aclaraciones, se sabe que el embajador se sintió indignado por los reproches en el Congreso Peruano de calificar la inestabilidad democrática en Venezuela, la presunción de fraude, la matonería del régimen golpeando a los congresistas de la oposición y (...).
 

Este estado de cosas, fue el detonante en el ánimo del Embajador Raygada, para salir a la palestra y decir: "Los congresistas del Perú son entremetidos, ociosos, improductivos, y bla, bla, blá. Es decir, yéndose de boca rubricó su militancia Chavista; y eso, a lo mejor, era el argumento y la razón de estar como Embajador en aquel País.
 

Ahora por la calificación de la expresiones no existió nada de agraviante, nada del otro mundo. Se remitió a repetir el concepto que todo el Perú tenemos del cuerpo congresal peruano. Con decir lo que dijo, no existe nada difamante, injuriante. Es mas, hizo uso de su irrestricto derecho de expresión que viene a ser una 'Garantía Constitucional'.
 

El Embajador Raygada ha tenido la virtud de poner el dedo en la llaga. Mucho tiempo los peruanos distraemos en intrascendencia, ¿Qué tenemos que inmiscuirnos en las decisiones internas de otros países?. Y todavía tener la absurda pretensión de solicitar explicaciones; somos bien raros, no podemos con la carga de problemas nacionales e instalamos nuestra función en la línea de frontera queriendo participar en asuntos que no nos corresponde.

 
 
El Embajador no cometió ningún delito, tal vez ha pecado como lo dijo Lucho Bedoya Reyes, por ser Chavista siendo funcionario de Estado, pero por su libertad de Expresión, no dijo nada agraviante contra nadie.
 

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