Adictos al silencio

Pero si él opta por esa suerte de reduccionismo argumentativo, su esposa encuentra en el desvarío temático un mejor recurso para salir del aprieto. El martes pasado, inquirida directamente por la investigación que le ha iniciado la Contraloría, ella soltó una reflexión sobre la importancia del Foro Económico Mundial (¿?). Que nadie se extrañe si la próxima vez que le tocan el espinoso tema de su candidatura presidencial, ella decida de pronto resaltar las bondades proteicas de la quinua.
Qué se hace. Así de selectivos son los huéspedes de Palacio: ante los asuntos ásperos caen en el monosilabismo petulante, en esa parquedad de realeza europea que no corresponde a dos peruanos que ejercen una función encomendada temporalmente por miles de compatriotas que, en la práctica, son sus jefes inmediatos y constitucionales. Ellos fueron elegidos –en realidad solo él, pero se impone el plural– por una población que urge respuestas. Lo mínimo que deberían hacer es no brincarse tan desfachatadamente las preguntas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario