viernes, 10 de mayo de 2013

LIBERALISMO CHATARRA
 

Claudia CisnerosLa ley de Salud y Alimentación de Niños y Adolescentes (LINK) no es para adultos. No confundir con que se quiere quitar al adulto capacidad de elección. Es una ley en salvaguarda de la infancia debido al preocupante incremento de obesidad y sobrepeso. UNO DE CADA 4 niños en edad escolar tiene sobrepeso u obesidad. De persistir esas condiciones, generarán enfermedades al corazón, diabetes, hipertensión, cáncer, disminución de calidad de vida y más gastos en salud(para la familia y eventualmente para el Estado).
 
¿Por qué no elige el padre por su hijo? Lo hace, pero muchos mal informados. Entonces el Estado entra a regular (no prohibir) algunas áreas de influencia de niños. Ojo: El Estado no está prohibiendo ni la producción de productos hiperprocesados, ni su venta o su publicidad. Quiere regularla. ¿No atenta contra el derecho al comercio o publicidad? Sostengo que:
 
a) La publicidad de esos productos es absolutamente engañosa. ¿No lo es toda publicidad? Desgraciadamente la mayoría. Pero, ¿significa que porque la publicidad ha devenido en sistemática manipulación, camuflada muchas veces en creatividad, debemos aceptar cínica y resignadamente? Yo digo no. Sobre todo si es dirigida a niños (más manipulables).
 
b) Los adultos no elegimos libremente como se cree, por una sencilla y comprobada razón: la publicidad de estos productos no dice qué sustancias químicas tiene y sus perjuicios en nosotros y niños, más bien la obvian y ocultan como en sus etiquetas.
 
Si la publicidad de alimentos hiperprocesados para niños dijera la verdad de ingredientes perniciosos e insalubres(http://goo.gl/VUiy9), ese comercial sería un bodrio, sería antipublicidad porque desnudaría lo que en realidad venden. Por eso los anunciantes dicen que pedir a publicidad que sea veraz es atropellar su libertad. ¿Qué libertad? La de engañarnos.
 
c) Sobre la libertad de empresa y hacer dinero. La publicidad de esos productos mueve millones de dólares. El restringir horarios de publicidad a niños afectará sus ingresos. Pero cuando hay competencia de bienes, lo deseable, creo, es inclinarse por priorizar el bien mayor: en este caso la salud presente y futura del niño. Sacrificaremos algún grado de libertad comercial a cambio de un grado mayor de salud en niños.
 
Ojo, esta ley(http://goo.gl/DyVbH) no abarca solo regulación de publicidad(como los medios, industriales y anunciantes hacen parecer), sino que dispone la venta en kioskos escolares públicos/privados solo de comida y bebida saludables, promoción del deporte en escuelas, etiquetado con advertencia, implementación del Observatorio de Obesidad, Sobrepeso y Nutrición. La Disposición Complementaria señala que el reglamento con parámetros técnicos (qué es mucha azúcar, sal o grasas trans en un alimento industrial), lo elaborará el Min. de Salud basado en OMS y OPS (en evidencia científica pura y dura).
 
Y la comida peruana no está en peligro. Hay una brecha cósmica entre alimentos hechos con insumos naturales y los hiperprocesados: pedacitos ínfimos de insumo natural desbordados de saborizantes, colorantes, emulsificantes, preservantes y más venenos lentos pero seguros que se fabrican industrialmente y se publicitan manipuladoramente a niños. Regularla no es matar al mensajero porque este mensajero no usa fair play, manipula. Es cierto que solo la publicidad no cambia hábitos, hay vías concomitantes incluyendo a los padres, pero si publicidad no influyera (y en niños más potentemente), no existiría y no la defenderían con uñas y dientes.

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