miércoles, 17 de abril de 2013

O P I N I Ó N

Misios vs ricos

En esta semana la política nacional se ha enfrascado en un diálogo pernicioso y desfavorable a la Defensa Nacional poniendo en bandeja el definir si las compras militares deben o no ser secretas y quién o qué gobierno lo ha hecho de la mejor forma. Lo increíble de esto es que han participado de este diálogo público por todos los medios de comunicación las críticas del propio ministro de Defensa, el Dr. Pedro Cateriano. En su despistado alegato en contra de las adquisiciones hechas durante el Gobierno del Dr. Alan García y con evidente intención de crítica a su política de Defensa, el Dr. Cateriano revela datos secretos de los montos invertidos en los años que duró ese Gobierno, anteponiendo y haciendo la salvedad a esta revelación que son datos que él acepta son SECRETOS. Si así han sido considerados en la clasificación de seguridad asignada durante su procesamiento, cómo es posible que el propio ministro desclasifique el tema con fines de crítica política y haga pública una información tan sensible a la Defensa Nacional.

Este hecho revela el desconocimiento de muchos ministros civiles y también de muchos políticos, de qué criterio rige el secretismo de algunas adquisiciones militares. Después del famoso dálogo interamericano llevado a cabo en Washington DC en los años 1989-90, un grupo de políticos de todo el continente americano, liderados por H. Kissinger, y varios importantes personajes políticos de América Latina, decidieron, y así lo escribieron, efectuar muchas acciones en contra de la existencia de las FFAA en Latinoamérica, entre ellas, la eliminación de las Hipótesis de Guerra entre las naciones del contexto latinoamericano, con lo cual abrían la posibilidad de introducir el término de la TRANSPARENCIA DE LAS ADQUISICIONES MILITARES a fin de elevar las relaciones de los países dando muestras de Confianza Mutua.

Rápidamente se auparon a esta iniciativa los rojos y caviares de todos los pelambres en Latinoamérica. No habrá más confrontaciones bélicas, era el decir de estos personajes. Repentinamente el año 1991 iniciamos un proceso de descomposición de nuestras relaciones con el Ecuador, que terminó con el accidentado conflicto del Cenepa que costó vidas humanas y pérdidas materiales importantes a ambos países. ¿Funcionó la tesis de la transparencia? Evidentemente no. Los conflictos internos con Sendero Luminoso, el MRTA alentados por algunas ONGS antimilitaristas, han abierto un frente interno difícil de controlar, pues no solo se lucha contra los subversivos sino contra el eco que producen muchos medios de comunicación antimilitaristas. Este conflicto, si bien es cierto nos sirve de preparación militar real, también produce el desgaste del poco armamento con el que contamos, y que al decir de estos personajes antimilitaristas, debe ser de conocimiento público en aras de la Transparencia.

Ya hemos cometido terribles errores antes de la Guerra con Chile, como ejemplo, la decisión del presidente Balta en 1873 de desarmar los buques y guarniciones militares, licenciando al personal extranjero que la servía. Cinco años después estábamos en el torbellino de la Guerra con Chile por ser tan confiados y transparentes. Mientras que nosotros hemos decidido transparentar y recortar nuestras inversiones militares hace ya muchos años atrás, nuestros vecinos han seguido adquiriendo y repotenciando el material de su Parque Militar. Se dice que transparentando las adquisiciones se logrará aumentar la confianza mutua. Gran mentira, pues esta transparencia solo sirve para tratar de amedrentar a aquellos que no tenemos los medios para equiparar las adquisiciones.

Al menos, el ocultar lo que estamos adquiriendo hace que el enemigo potencial amplíe sus esfuerzos de búsqueda de inteligencia y tenga fundadas dudas acerca de nuestra capacidad disuasiva. No le facilitemos el trabajo a los espías. Que se ganen el pan con su esfuerzo. Ya, en el 2007 dos procuradores –el Dr. Carlos Briceño y el Dr. Omar Chehade– cometieron el error, que linda con la TRAICIÓN, de llevar a Chile información de adquisiciones clasificada como secretas dentro de las acusaciones contenidas en el expediente de extradición de Fujimori Número 17, caso Decretos de Urgencia expediente No 27-2003, por los delitos de asociación ilícita para delinquir, colusión desleal, peculado, malversación de fondos, falsedad ideológica y favorecimiento bélico a Estado o traición a la Patria, tomando como base el informe de la Comisión de investigación del Congreso, acusando a más de 60 altos mandos de la Marina, entre otros militares, comisión integrada por Javier Diez Canseco, Benítez, Herrera y otros, involucrando a los que participamos en las adquisiciones para poner en SON DE MAR a la flota peruana durante el Conflicto con el Ecuador. Doce años después la Justicia Peruana nos ha declarado inocentes, pero antes les dimos a los chilenos información sensible y la posibilidad de desechar y devolver la acusación por ser un tema del Perú. Tremenda lección de los chilenos en contra de los acusadores peruanos: devolvieron el caso pero se quedaron con nuestros secretos.

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