lunes, 8 de abril de 2013

El Derecho a la Educación, un derecho de todo niño

El reconocimiento de los derechos de los niños es reciente y la novedad radica en que las normas que recogen la tutela de sus derechos son vinculantes. Es decir, ninguna autoridad, persona o institución puede desacatar las normas que regulan la tutela de sus derechos. La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por las Naciones Unidas en 1989 y posteriormente firmada y aceptada por el Perú en 1990, se convierte en ley vinculante y carácter obligatorio, pues es un documento internacional alta trascendencia en la vida de los niños, el cual recoge principios rectores como es el Principio de la No Discriminación, el Interés Superior del Niño, la Supervivencia, el Desarrollo y la Participación.

También dentro de este contexto normativo se protegen derechos colectivos de los niños. Uno de ellos es la educación, entendiendo a esta como una herramienta que le permita al niño formarse en disciplinas académico – científicas. Por otro lado, tiene por finalidad contribuir a su formación integral. Es decir, en todos los aspectos de la vida de un niño. La educación ha sido considerada como uno de los pilares más importantes para enfrentar los problemas sociales. Por ello, cuando las personas son más instruidas, mejor podrán discernir y tomar decisiones conscientes, sobre todos los aspectos de su vida.

En ese sentido, en países donde se mantiene alta tasa de analfabetismo, es más difícil que los gobiernos puedan resolver conflictos sociales, pues en muchos casos, la capacidad de entendimiento y discernimiento está disminuida por falta de información y de educación. La educación en la primera etapa de la vida de un niño es de vital importancia. Ella permite la incorporación de los primeros conocimientos y la adquisición de hábitos, costumbres y la formación en valores. En ese proceso se hallan comprometidos los padres, la familia, el Estado y la sociedad civil de la cual forman parte las instituciones educativas particulares.

Es evidente que, ante las deficiencias del Estado en brindar el servicio educativo, los padres en su mayoría acuden a instituciones educativas particulares, tratando de encontrar la mejor opción para sus hijos y en muchos casos se opta por aquella que garantice posteriormente el ingreso a una universidad. Se deja así de lado la que prioriza la formación integral de los niños. En ese intento, las instituciones educativas conocedoras de esa necesidad de los padres, saben aprovecharla y ofrecen un servicio educativo competitivo a nivel académico y también formación integral. Sin embargo, muchas de ellas se han dedicado en la práctica a brindar solo conocimientos, que incluyen fórmulas, teorías, significados, exigiendo luego un resultado cuantificable. Miden al alumno como una máquina procesadora de información, sin tener en cuenta que son personas, con todo lo que ello conlleva.

Es tanta la información que se brinda, que muchas veces el procesamiento de la misma conlleva a un resultado nada óptimo para el alumno. Al respecto, existen todo tipo de niños, familias y también diversidad de problemas a los cuales se ven expuestos los niños, los cuales no son tomados en cuenta a la hora de la enseñanza, pues se emplean métodos tan rígidos que lo único que hacen, es ir descartando a los alumnos como máquinas desfasadas.

Considero que es una aspiración común de todo padre, que sus hijos estén a la par de la modernidad, del avance científico, de los nuevos conocimientos, preparados para enfrentar los nuevos retos profesionales que el mercado laboral exige, pero los padres también quieren que las instituciones llamadas precisamente educativas, contribuyan en su labor de formación integral, la cual debe considerar necesidades particulares de cada niño, aprovechar sus habilidades sus capacidades. Existen niños con un gran nivel de discernimiento, pero necesitan un método de enseñanza distinto, el cual les permita de una forma diferente, aprovechar la información que se les brinda.

Sería muy fácil dar la información y el alumno que la incorpore, le vaya bien, pero hay otro tipo de alumnos que, debido al método de enseñanza, simplemente puede ser eliminado como si se tratará de una cosa, porque no supo aprovechar su método mecanizado. Como hemos referido, la educación es un derecho social que pertenece a todo niño y no solo el Estado debe preocuparse por garantizarlo, pues se ha delegado tan importante misión a los particulares, agrupados en instituciones educativas, pero los cuales en muchos casos no han entendido el verdadero sentido de la educación.

 Así, en algunos casos son cómplices de maltrato entre escolares, situaciones de discriminación y otros vejámenes en agravio de los alumnos. Entonces, debería existir un rol fiscalizador más estricto por parte del Estado a la hora de brindar licencias para que los particulares se conviertan en educadores, sin tener claro el verdadero sentido de la educación y la gran responsabilidad que ello conlleva. Es notorio que ahora, para instalar una institución educativa, solo se tiene en cuenta requisitos formales y se deja de lado el perfil de la institución que estará a cargo de la formación de los niños. Creo que si se vuelca una mirada a este aspecto, el nivel de vida de los niños, de las familias y, por ende de la sociedad, mejorará y estaremos cada vez más cerca a ser un país emergente con niños que próximamente serán adultos incorporados e incluidos en el desarrollo del país.

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