jueves, 18 de abril de 2013

E D I T O R IA L

SE DESTAPÓ LA CORRUPCIÓN EN TALARA

 
Los procesos de corrupción que afectan al país, deben ser atendidos con medidas en grados de emergencia.  Si de verdad hablamos con sinceridad y queremos combatir este fenómeno, debemos encarar sin dobleces ni media verdades, el menor atisbo de su existencia.
 

El gobierno del Presidente Ollanta Humala, ha sido muy enfático al señalar que: "la corrupción, el robo al patrimonio de la nación, no debe temblar la mano de la justicia, para castigar con cárcel a los responsables".  Que lo expresado no sean calmantes, simulacros, dichos como paliativos, para calmar las aguas de los apuros que vive el Perú, por el desborde de la mencionada lacra.
 

Y el compromisos debería ser entendido con elevado grado de responsabilidad, por todos los organismos que integran el Estado de Derecho.  En la fuerza que ellos pongan, aqui se depositan los resultados que la nación espera.  Entonces ello es primero, que esas instituciones, se encuentren sólidamente reforzadas, preparadas, integradas por honestos profesionales que no tengan compromisos, ni debilidades, que los lleven a traficar con la aplicación de una justicia limpia, constitucional y ejemplarizante.
 

 
 La ciudad de Talara, capital de la Provincia del mismo nombre, hoy vive convulsionada socialmente, luego que se denuncia a través de un 'vídeo', las escenas de una espantoso acto de corrupción, afectando la función pública municipal. Lo inaudito es que no se trata de un hecho aislado, es el último eslabón de una cadena que marca una corruptela donde precisamente el Estado no ha demostrado interés por intervenir.
 

 
En efecto, ese proceso evolutivo de corrupción, venía sonando sus campanas con alarmante preocupación. Primero fueron 3 denuncias que se interpusieron ante el Jurado Nacional de Elecciones, pero sus miembros, calificaron que no existieron razones para atender con apego a derecho, los delitos puestos en evidencia.  Quiere decir, que es el propio Estado, por intermedio de su  misma organización constitucional, como madre del Estado de Derecho, ha procreado  un férreo cordón umbilical con las redes de la corrupción.
 

 
En la corrupción que evidencia Talara, lo protagoniza la misma autoridad municipal a quien el Jurado Nacional de Elecciones encontraba limpio de polvo y paja.  Con esa actitud se mantenía a la cabeza de un gobierno municipal, a un personaje cuyas escenas y trato expuestos en el vídeo, demuestran que aquí se elucubraba un  cártel maficioso devorador de los intereses del Estado.
 

 
Frente a este estado de cosas, se hace necesario que se activen todas las alarmas capaces de poner fin a esta mafia.  Se necesita que instituciones como:  La Fiscalía de la Nación, el organismo especializado anti-corrupción, la Procuraduría del Estado, dispongan de todas sus capacidades y competencias, a mérito que en algunas de sus instancias no existan debilidades, interposiciones de lobys, que establezcan la impunidad de la corrupción evidente y calificada.
 

 
Por esta agobiante situación, hoy el pueblo petrolero de Talara, está viviendo una grave convulsión social, la misma que puede traducirse en una bomba de indescriptibles consecuencias.  Es necesario entonces actuar con suma responsabilidad;  existe el deber de velar por la paz y tranquilidad de toda una población y, defender los dineros de la Municipalidad de Talara, castigando y aplicando las leyes que correspondan a todos los responsables.
 

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