La lucha contra la obesidad desde un municipio
La Municipalidad Distrital del Rímac, en Lima, acaba de aprobar una medida para proteger la salud de los escolares, reducir la incidencia de la obesidad y las enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, así como las infecciones gastrointestinales. La nueva medida prohíbe la venta de alimentos denominados “chatarra” o con elevada concentración de grasas saturadas, azúcar y sal, en los alrededores de los centros educativos, informó el alcalde Enrique Peramás a Radio Programas del Perú.
La prohibición comprende a los vendedores de quioscos y vendedores de alimentos en las vías públicas cercanas a los centros educativos de la jurisdicción. En atención a la medida, en estos establecimientos solo se permitirá la venta de verduras y frutas frescas desinfectadas, así como sándwiches a base de pollo sancochado y de queso fresco, aceitunas o palta.
En el caso de las bebidas, los quioscos y negocios afines solo podrán vender a los escolares, agua embotellada, yogur y refrescos con bajo contenido de azúcar. La autoridad edil ha anunciado que los inspectores del área de Sanidad serán los encargados de supervisar el cumplimiento de la nueva medida y que realizarán intervenciones inopinadas para proteger la salud de los escolares. Sin duda que la batalla que librará esta comuna distrital de Lima será difícil, porque la venta de golosinas, comida tipo frituras, snacks, bebidas gaseosas en los quioscos y puestos ambulantes ubicados en los alrededores de los colegios, es una costumbre enraizada en nuestro medio.
Todos sabemos que a la hora de ingreso o salida del colegio, los chicos compran todo tipo de caramelos, galletas, algodón dulce, gelatina, mazamorra, papitas rellenas, papas fritas y frituras envasadas, muchas veces con el permiso de los padres de familia. El consumo diario de dulces y comida chatarra está incrementando rápidamente el número de casos de niños con sobrepeso y obesidad, por lo que es urgente y necesaria la intervención de las instancias responsables de normar las políticas de Salud, para proteger la salud de los escolares. Necesitamos poner un alto al consumo de comida chatarra y abuso de los dulces y esto no solo se puede lograr mejorando los hábitos saludables en casa, sino con el compromiso de todos, empezando por las municipalidades.
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