miércoles, 20 de febrero de 2013

N A C I O N A L

Sobrevivencia del mundo andino
 
 
La dominación política, económica y social de los vencedores también supuso la imposición cultural, relegando el idioma y el conjunto de valores, creencias y costumbres tradicionales; en una palabra, el sistema de vida andino, a algo que debía ser erradicado completamente.

Nuevas plantas, nuevos frutos, nuevos animales, nueva lengua y nuevos dioses fueron entronizados para dominar por muchos siglos, pero el mundo andino supo salvaguardar su idioma y gran parte de su forma de entender la vida que hoy emerge con frescura intacta después de siglos de opresión.

Constatamos que hay diversas miradas del mundo que suelen tener contradicciones y enfrentamientos. En nuestro territorio, esas contradicciones se dan entre la cosmovisión occidental y la cosmovisión andina.

La primera ha sido muchas veces establecida como la distinción del "mundo racional" frente a otro "mundo irracional", el andino.

Se ha dicho en multitud de oportunidades que quienes venimos del mundo andino tenemos un comportamiento irracional, porque saludamos a la pachamama, tenemos nuestros apus o dioses montaña; en fin, sostenemos una visión del mundo diferente a la de Occidente.

También podemos afirmar que históricamente tenemos un proceso de socialización diferente al del mundo occidental.

Por ejemplo, en Huancavelica hay una explicación de cómo se originó el mundo después de la gran noche negra de los tiempos. Entonces, los wuancawilkas le piden vida y luz al Taita Inti.

El dios Inti, que es el sol, se compadece de estos hombres y les envía vida y luz a través de la presencia de su hija Ipa Uzuri, quien viene premunida de luz, fraternidad y trabajo.

Por supuesto, Ipa Uziri llega acompañada por sus alpacas para poblar con estos recursos el espacio del Ishma, Chonta, Choclococha y Huancavelica. A partir de ese día y hasta la llegada de los españoles, en estos lugares vivieron en fraternidad, glorificación y trabajo.

Con esta visión del mundo y con esta forma de entender los procesos, llegan los huancavelicanos a la escuela, donde un profesor desavisado y con la mentalidad occidental comenta que esto es un mito, una leyenda y que el verdadero origen del mundo y de nuestros padres es cuando Adán y Eva se amancebaron en el Jardín del Edén.

Es probable que este profesor nunca se puso a pensar que también él está repitiendo un mito o una leyenda tejida por la cultura llamada occidental.
 
Lo cierto es que las racionalidades son simplemente una forma de entender el mundo; por tanto, hay una racionalidad occidental, pero también las hay en otras latitudes.

Mas lo que realmente sucede en nuestros tiempos es que la racionalidad occidental está decidiendo el destino del mundo y todos podemos ver cuáles son sus resultados.

Hoy cuando observamos que el planeta está siendo destruido por ese modo de vivir y de actuar, es tiempo de hacer una evaluación de lo que llamamos racional, que debiera ser más bien, a nuestro entender, la convivencia y el buen vivir (kuska kawsay, allin kawsay: principio rector de toda la filosofía de los pueblos originarios).

Allí encontraremos la razón de ser de la protección de la pachamama, la siembra y cosecha, la fiesta del agua, la construcción de andenes para dar vida a las laderas en los montes, la edificación de ductos para llevar agua para todos.

Lo racional debería ser que los hombres vivan en armonía, en fraternidad, ayudándose mutuamente, confundidos en un abrazo los de arriba y los de abajo, en convivencia los vecinos de un lado y del otro, en alternancia con hombres y mujeres, con los de derecha e izquierda.

"Cuando observamos que el planeta está siendo destruido por la racionalidad occidental, es tiempo de hacer una evaluación de lo que llamamos racional, que debiera ser más bien a nuestro entender, la convivencia y el buen vivir."

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