martes, 19 de febrero de 2013

E D I T O R I A L

NO HAY VACANTE FUE LA RESPUESTA DE UNA DIRECTORA.
 
Dos niños de 3 y 4 años respectivamente ya conocieron de sus primeras incomprensiones sociales. A esa temprana edad sufren por anticipado las incongruencias de una sociedad traumática. Es el anticipo de lo que pueden vivir cuando por ellos pasen los años, y vean decepcionados el grado de discriminación que les espera.

 
 
La pareja de niños hermanos, llegaron desde el depto limítrofe de Tumbes en el pasado mes de enero 2013 a morar en la ciudad de Talara. Al solicitar matrícula en una escuela María Reiche ubicada en la Urbanización Aproviser del sistema educativo del Estado, recibiendo como primera respuesta de la directora, que el tiempo de las vacancias se había vencido.
 

Conmovedora la única e inamovible respuesta de una educadora, que a raja tabla dice no hay vacante, y en consecuencia dos niños peruanos podrían correr el riesgo de no estudiar en su propia Patria, cuando la Constitución del Estado, tutela la educación como un derecho fundamental e inalienable.
 

 
Particularmente, discuto la formación pedagógica de la Director de María Reiche. Es una postura muy pobre, escasa del talento y la capacidad de los verdaderos maestros que agotarán todos sus esfuerzos para que mas niños, no se queden sin estudiar. 
 

La verdadera competencia de un educador en el Perú y en el universo, no se limita en matricular hasta donde se establecen las capacidades físicas de la infraestructura escolar. El fin de la educación no es meramente ese. Precisamente la capacidad de un verdadero docente se demuestra buscando las soluciones para que mas peruanos estudien. Dejar de hacerlo, redunda en un país sosegado por la incapacidad.
 

Preocupante el comportamiento de la mencionada directora de María Reiche de Talara, que dejó el alma de educadora en todo el sentido de la palabra, para convertirse en un instrumento, un robot. de reglamentos fríos, insensibles, carentes de humanidad. La verdadera docencia está en el amor, el empeño.

 
 
Mayor preocupación debió expresarse para ir tras la búsqueda de todos los esfuerzos que hubieran permitido incorporar a esos niños a una escuela peruana. Parafraseando el caso en el Evangelio de la oveja perdida, el Pastor deja el resto y va en su búsqueda y, cuando la encuentra viene el regocijo, la satisfacción. En ese momento se puede decir misión cumplida de verdadera cualidad de educadora.
 

 
Opaca y decepcionante la respuesta que se dió a estos niños. Si esa decisión es una regla en el Perú, nuestra educación y sus actores evidenciarían una condición muy distorsionada y franciscana. No hay que olvidar que la razón de ser de un verdadero maestro, es la educación de sus pupilos. Por ellos hay que luchar.

 
 
Las UGELES, entes que organizan, controlan y dirigen con eficacia el sistema educativo, deben instruir que la mejor causa educativa, es hacer que la escuelita alcance para todos, no olvidemos que el Perú es de los peruanos y es aquí donde deben consagrarse nuestros derechos.

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