ANIEGOS SIN SOLUCION Y UN CIUDAD ENVUELTA EN PESTILENCIA
Por considerar un deber periodístico, mantenemos dentro de toda responsabilidad informativa los graves sucedes de formación de aniegos perniciosos, plagas temerarias, a consecuencia de irresponsables trabajos ejecutados por la comuna de la ciudad de Talara.
Tratando de corregir errores y responsabilidades, se ensayó la ejecución de trabajos de enmienda, pero para desgracia la "medicina fué peor que la enfermedad", y el enfermo se agravó. Situación desesperante que conduce a los vecinos afectados de la Avda "H" y Parque 57, a interponer una acción de amparo y todas las medidas importantes que sirvan para devolverles el derecho a gozar de un medio ambiente sano, recuperar la afección de la salud, y pérdida en derechos de ciudadanía.
Resumiendo, desde la semana anterior se viene dando cuenta a las autoridades locales como a los ministerios del gobierno Central, a quienes corresponde aperturar una solución. Lamentablemente nada mueve la sensibilidad a resolver este infausto suceso. Aquí existen graves hechos que deben investigarse para sancionar a los irresponsables; no es posible que por ir al encuentro y búsqueda de clientelaje político, se haya tirado por la borda tanto dinero y expuesto a la población a las amenazas de sufrir epidemias como el mismo Dengue.
Principalmente las respectivas fiscalías del medio ambiente, ya han debido iniciar una investigación justa y suficiente, lamentablemente esto no se dá, entendiéndose que cmpromete los compadrazgos reinantes, parte y fundamentos de una corrupción que afecta a todo el país, y al afán de enriquecimiento que constituye el principal ánimo de todas las autoridades.
Esta es entonces la gráfica desagradable de una realidad que pinta de cuerpo entero la precariedad de los gestos para gobernar y administrar eficientes servicios de ciudad, obligación de organismos que movilizan la interposición de enormes presupuestos, esfuerzos que a la postre no dan resultados.
Nos corresponden tocar duro la puerta, pidiendo levantar los ánimos, demandando mayor responsabilidad y sentido de consecuencia. El Estado, hay que recordarlo, tiene anteriores y superiores obligaciones de cumplir; los pueblos, las ciudadanías y las personas merecen ser atendidas precisamente por el concepto de nación que nos involucra.
Los vecinos de los sectores ciudadanos mencionados de Talara, emplazan, notifican de grado o fuerza a dar una respuesta a tamaño contraste, se invita para actuar con precisión, rapidez, urgencia, antes que la situación se convierta en una grave e irreparable pandemia. Las autoridades tienen la palabra.
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