lunes, 14 de enero de 2013

O P I N I Ó N

¿Por qué renunció Campodónico ?
 

En medio de un denso silencio oficial sobre el tema, Humberto Campodónico ha dejado la presidencia de Petroperú. La partida se da en buenos términos, pero es inevitable que Campodónico se sienta serruchado desde las alturas del poder. Sobre todo porque deja el cargo cuando las cosas no pueden ir mejor en la petrolera estatal.
 
Campodónico decidió presentar su renuncia, el 20 de diciembre, cuando las versiones sobre su reemplazo empezaron a ser prácticamente mensajes directos desde Palacio. El caso recuerda la renuncia de Diego García Sayán a la Cancillería en el 2002, cuando se enteró de que Alejandro Toledo le estaba ofreciendo el puesto a otras personas.
 
El origen de la decisión de cambiar a Campodónico no está muy esclarecido. Entre las versiones está la incomodidad del ministro Jorge Merino frente a un funcionario de perfil demasiado alto, o el deseo ideológico de Luis Miguel Castilla de cortarle las alas al despegue de una empresa estatal bien vista en el sector privado.
 
En sus primeras 24 horas el nuevo directorio ha aprobado una asociación público-privada, con Talisman Energy para explotar el lote 64. Asimismo seguirán los trabajos para modernizar la Refinería Talara, un proyecto que Campodónico estuvo dispuesto a licitar entre el sector privado. Al parecer las iniciativas de Campodónico no eran el problema.
 
El nuevo directorio ha saludado al anterior, y ha tenido cosas buenas que decir sobre los planes futuros de Petroperú al 2021. El nuevo presidente, Héctor Reyes, tiene una larga trayectoria dentro de la empresa. De los nuevos directores solo Luis Baba Nakao tiene una imagen más prominente que la del actual ministro.
 
¿Qué ha cambiado? Todavía parece algo temprano para responder a eso. El perfil del nuevo directorio da la impresión de un Merino que se empoderado aún más en la gran empresa. Pero de allí a un cambio de política energética, como lo sugiere el boletín electrónico Otra mirada, todavía hay un camino que observar.
 
Para Merino mantenerse en la línea de Campodónico significaría heredar la campaña de críticas desde la derecha que acompañó la gestión de Campodónico. El epicentro de estas críticas es el proyecto de modernización de la Refinería Talara, que está maduro para concretarse, y cuyo alto costo quita el sueño a varios medios de prensa.
 
Aun con ese peligro, está claro que el ganador de la jornada es Merino, quien pasa al control de facto de una empresa que a Campodónico le tomó año y medio poner al día luego de años de arrastrar los pies. Con eso y su nueva ley del gasoducto, el ministro está listo para enfrentar el 2013 con recursos suficientes para cumplir sus promesas, y hasta las ajenas.
 
 

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