viernes, 25 de enero de 2013

EVALUARÁN POR PRIMERA VEZ EL FONDO DEL MAR ANTARTICO.
 
Por primera vez, la campaña Antar XXI investigará el fondo del mar Antártico, además de recoger información de la superficie, para profundizar los conocimientos sobre la conexión entre la corriente subantártica y la de Humboldt, que fundamenta la riqueza del mar peruano.
 
El responsable de la delegación de científicos del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), ingeniero Martín Salazar Céspedes, explicó que se evaluará el fondo marino de la Antártida para sacar muestras y evaluar las características que tiene en esos niveles.

Se analizará también el krill, que es el crustáceo dominante en el Continente Blanco. Este animal marino abunda en aguas heladas y es alimento fundamental de casi todas las especies de la Antártida.

Explicó que el objetivo principal de la investigación es determinar cuáles son las condiciones marinas de este crustáceo y, al mismo tiempo, profundizar en la interconexión que existe entre el mar de la Antártida y el mar peruano.
 
 
 
 
El cristianismo y el ecumenismo
 
En Taizé, un pueblo de Francia cercano a Lyon que solo tenía 150 habitantes, surgió la comunidad ecuménica fundada por un monje protestante, el hermano Roger Schutz.
 
La cercanía a la famosa Abadía de Cluny favoreció que se fortaleciera el movimiento juvenil, formado para todos los hermanos separados, los cristianos que eran católicos, los protestantes, anglicanos, luteranos, los seguidores de los hugonotes.
 
Se conoce que en esos días iniciales la comunidad estaba perseguida por la Gestapo alemana y es verdad que la guerra sembraba dolor, hacía padecer de muchas privaciones y muertes. Precisamente, el drama de la lucha enrumbó a la comunidad hacia la búsqueda de la reconciliación fraterna.
 
El 6 de abril de 1949, los componentes de la pequeña comunidad de Taizé decidieron consagrarse a Dios por medio de votos religiosos. Y esa determinación los llevó a unirse con otras ramas cristianas: los católicos y los orientales. Desde el principio caminaron ansiosamente al acercamiento a Roma. El hermano Roger fue recibido en audiencias por varios sumos pontífices: Juan XIII, Pablo VI, Juan Pablo II.
 
Creció la comunidad y vive con reglamento similar a la vida conventual occidental. Rezan tres veces al día en comunidad. Viven de su propio trabajo, pero renuncian a acumular riquezas. El celibato y la obediencia al superior forman los pilares de su consagración religiosa.
 
Se caracterizan por tener profundo amor a todos los cristianos, sin distinciones. Se dedican a esperar a los que llegan para sembrar en ellos el ansia de la unión de todos los creyentes en Cristo, con el fin de que sus palabras se realicen: "Un solo rebaño y un solo pastor".
 
En distintas latitudes hubo esfuerzos de acercamiento de los hermanos separados, precisamente, por estar unidos por amor a Cristo, buscando puentes de unión, como esa verdad: "Solo Cristo toca sin herir al hombre. Solo Cristo es la solución que necesita el hombre".
 
El beato Juan XXIII, cuando ejercía el pontificado, dio gran apoyo a este esfuerzo de unión de los hermanos separados. El trabajo apostólico continuó con Pablo VI y después con Juan Pablo II. Precisamente fue Juan Pablo II quien abrió las puertas del Vaticano, no solo a los cristianos, sino a los que creen en Dios, recibiendo a los líderes de los credos monoteístas.
 
Al vivir esta Semana dedicada al Ecumenismo, es ocasión propicia para que las juventudes y todos los católicos abiertos al amor de Dios y a la búsqueda de la verdad y la justicia revaloremos la riqueza del espíritu y seamos fuertes en la fe.

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