lunes, 7 de enero de 2013

POR : RICHARD KINBOLL


DESDE   MI   ESQUINA
 
 

LA AMENAZA DEL CIERRE DEL CONGRESO
 
Políticamente ha sido el anuncio mas destacada de la primera semana 2013 de la vida política y democrática del Perú. Es una versión recogida por el periodismo nacional, democráticamente muy jalada de los cabellos, pero como salió de muchas bocas, merece comentarle.
 

Al respecto el congresista Daniel Abugatas de las filas del partido Gana Perú (oficialista) ha dicho: "Si el Ejecutivo considerare conveniente decidir sobre la cuestión, todas las condiciones están dadas, no convendría a la imagen externa del Perú, sin embargo, está contemplada, o vale decir, permitida en la Constitución de Estado y atribuciones del Presidente de la República Peruana".
 

 
Este episodio ya ocurrió el 05 de abril de 1992 durante el primer gobierno de la dictadura fujimorista, las circunstancias como las intenciones fueron y son diferentes.  En la primera experiencia, Fujimori ya preparaba los espacios políticos para instalar un gobierno autoritario, sin la oposición congresal; y en este segundo caso, se trata de un cuerpo legislativo cuyos pleno en su gran contenido, es quien otorga las condiciones.
 

 
Nos preguntamos por qué y cuando el Estado de Derecho admitido en el Perú, permite que el Ejecutivo tenga la facultad de decidir el cierre de las funciones del Primer Poder del Estado?. Por qué debe ser que un "segundo poder" dentro de la intrepretación jurídica de Estado, superponga sus poderes y permita esta forma de incongruencia política?
 

La respuesta que se presta a explicaciones arbitrarias y ambiguas, es cuando el Congreso, no cumple su función, trasgrede, entorpece, atrasa la marcha democrática de la Nación.  Para que el río comience a emitir estos ruidos, y admitido en muchos criterios de polítólogos y analistas varios, quiere decir que en efecto, algo no se concibe normal en el Legislativo.
 

Ahora bien, es natural que venga la pregunta, lógica y justa. Ha sufrido el Congreso Peruano una metamorfosis, una desorientación legislativa convirtiéndose en una herramienta retrógrada no equivalente ni vinculante a las ecuaciones del desarrollo?. Entonces concentrémonos en el panorama que nos permita obtener la verdadera versión de la tesis que anuncia una posibilidad del cierre del Congreso.
 

 
En efecto, para no dar mas vueltas al asunto, si la función fundamental del Legislativo como Primer poder del Estado es: Normar y Fiscalizar, asistiendo jurídicamente la tarea nacional, decididamente admitiremos que existen hondos vacíos, ausencia de leyes puntuales, oportunas, que impulsen la proa del barco nacional hacia buenos puertos.  Esta ausencia, da lugar a que un Perú no asistido con su derecho, encamine sus temperamentos hacia el descontento social, verbigracia, la promulgación de la Ley del Trabajo que lleva mas de una década en comisiones y decantando prioritarios intereses lobistas.
 

El mismo Presidente del Perú y por último la mayoría de peruanos admitimos que la nave peruana va rumbo al puerto de la corrupción social. Eso quiere decir, que al Congreso de la República el falta la fuerza, el ánimo, la capacidad que ponga las cosas en su sitio.  Cuándo se hace vigente la corrupción social en el país como una peligrosa pandemia, evidentemente, quiere decir en verdad resoluta que el Legislativo es una máquina improductiva.
 

Quizá la última gota que podría rebasar el vaso de agua y obligar una decisión en ese sentido del Ejecutivo, ha sido el acto  angurriento de los señores parlamentarios de incrementarse el bono para cubrir gastos de gestión; con el criterio impuesto por los mismos congresistas, ellos como empleados y funcionarios públicos del Estado Peruano, se establecen un estado excepcional remunerativo fuera de toda realidad y equilibrio social, no responde a la productividad de ese cuerpo congresal, y fundamentalmente porque es una chorrera de dinero que el Perú no está en condiciones de encarar por razones de sanidad social. 

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