viernes, 11 de enero de 2013

E D I T O R I A L

CRÓNICA DE UNA RENUNCIA ANUNCIADA
 
La renuncia del Presidente del Directorio de Petroperú, Humberto Campodónico Sánchez, no es un hecho que obedece a un acto fortuito, es la respuesta a un acto que encierra gravitantes explicaciones, es el resultado de un concierto de intereses que en el colmo de males juega en contra del Perú.
 
Podría ser cierto que hasta antes de asumir al poder el Presidente Ollanta Humala, a nombre de un nacionalismo que hasta el momento no se manifiesta, se tuviera la intención de proclamar un Estado con una inspiración y basamento peruanista, social, de profundos cambios. De allí seguramente que el nombre de Humberto Campodónico, era la baraja mas fuerte para ponerle al frente de Petroperú.
 
El mencionado técnico y profesional peruano, era el hombre mas indicado dentro de los primigeníos objetivos del gobierno en torno a la política de Petroperú. Nada mejor que su capacidad para garantizar el resurgimiento, modernización de la misma, y de ampliar las capacidades de la Refinería de Talara.
 
Empero, al descorrer el velo de la gran verdad, la realidad estaba a la vuelta de la esquina. Bien pronto el Ejecutivo tenía que confrontarse con el verdadero papel del poder económico mundial representado en el Perú por grandes falanges como las transnacionales petroleras, la Sociedad de Minería y Petróleo, los sectores derechistas mas recalcitrantes al interior del Ejecutivo, y por encubiertos dispositivos legales como la seguridad jurídica a las inversionistas extranjeras con prioridad sobre la causa nacional.
 
De tal forma que desde un principio la suerte de Humberto Campodónico estaba echada. Era una crónica anticipada en una lucha contra el tiempo. Y así ha sucedido, apenas se inició su gestión los sabuesos agentes del capitalismo se echaron andar; la conspiración, el boicot, y otras formas de buscar trabar a su gestión se lanzaron mas adentro, movilizando todos los recursos, estrategia del legendario peligroso capitalismo.
 
Es conveniente que el Perú sepa que los mecanismos aplicados por el neoliberalismo siguen vivitos y coleando. El objetivo de llegar al 100% de la privatización de la industrial petrolera nacional, nunca bajó la guardia. Los gobiernos peruanos de Toledo y García pintaron una pantomima al promulgar leyes como la 28840 que nunca habrían de cumplirse. Todo no era mas que una disfrazada traición como se expresa ahora.
 
De tal suerte que la manoseada potenciación de Petroperú, la modernización de la Refinería de Talara, la recuperación de los Lotes petroleros, fué un flagrante truco cuyo actores fueron precisamente los gobiernos del Perú, llamados en administrar y defender la soberanía nacional. Lamentablemente esto no sucedió así, y los diferentes gobiernos se han entregado brazos abiertos en favorecer al capital foráneo antes que al Perú.
 
Ahora hay que esperar que después de la renuncia irrevocable de Humberto Campodónico, venga el corso, el convoy transportador del resto de la implementación, los adicionales que le darán forma al nuevo entreguismo de la historia del Petróleo Peruano. Muy pronto puede declararse desierto el Proceso de Modernización de la Refinería de Talara, luego declararán nula la Ley de recupero de los Lotes Petroleros, y a final, anunciarán la venta vía privatización de todo Petroperú. Asi se escriben las historias de las grandes traiciones.

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