RESPONSABILIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 

 

UN ESTUDIO sobre actitudes, hábitos y opinión acerca de la radio y la televisión revela hasta qué punto la violencia en los contenidos continúa siendo una preocupación constante para la ciudadanía.

La investigación enfoca la polémica sobre la responsabilidad que le corresponde a los medios de comunicación en la difusión de contenidos, a través de sus diferentes programas que a diario nos transmiten. 

Uno de los lineamientos seguidos plantea que no solo se trata de entretener y de informar, sino también de educar.

El trabajo difundido por el Consejo Consultivo de Radio y Televisión (Concortv), realizado a escala nacional, aporta datos interesantes que deben servir de referencia para que los medios de comunicación reorienten su programación tomando en cuenta la percepción de los usuarios.

Respecto a la exhibición de violencia en la televisión, el 55% de los encuestados opina que solamente deberían difundirse después de las 22:00 horas y con advertencia, mientras que para el 41% deberían suprimirse.

Una cifra que debe tomarse en cuenta es que un 58% de peruanos percibe que este medio muestra negativamente a la mujer, a los niños (57%) y niñas (57%), así como a las personas adultas mayores (49%).

En lo referente a la radio, para el 50% de las personas consultadas las palabras soeces e insultos nunca deberían emitirse en la radio.

Los resultados de este estudio, realizado a más de 8,000 personas en 17 ciudades del país, ponen sobre el tapete el debate del rol que deben cumplir los medios. ¿Son instrumentos de educación y construcción de valores o meros transmisores de entretenimiento?

Considerando que, siempre de acuerdo con el estudio de Concortv, el 56% de los peruanos tiene conocimiento del horario familiar –que va de las 6:00 a las 22:00 horas–, tiempo durante el cual está prohibida la transmisión de contenidos inadecuados, entonces la responsabilidad de autorregulación de los medios es fundamental. 

El educador León Trahtenberg sostiene al respecto que esta denominada autorregulación de los medios debe estar vinculada con su responsabilidad social. 

En pocas palabras, la libertad de informar contenidos en radio y televisión no es ‘carta blanca’ para emitir programas que priorizan hechos de sangre y violencia o que difunden modelos de comportamiento donde el sexo, drogas, alcohol resultan ser comunes para los adolescentes y jóvenes. Su responsabilidad en este tema es innegable.