miércoles, 23 de octubre de 2013

LA JUVENTUD Y EL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS
 
 
EN VARIOS PAÍSES de América Latina y el Caribe, los jóvenes, de manera independiente o con el apoyo del Estado, lideran movimientos que cuestionan la irrupción del neoliberalismo extremista como responsable de la actual crisis global del siglo XXI.
 
 
El Perú no está al margen si se aprecia la dinámica de las redes sociales y los recientes encuentros nacionales e internacionales promovidos por la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju), en el  Cusco.

Senaju es un organismo del Estado adscrito al Ministerio de Educación. Entre sus metas y tareas figura canalizar el trabajo de los jóvenes, donde se encuentra muchos profesionales, en la evaluación de las acciones públicas y privadas en favor del desarrollo, la inclusión social y la cultura.

El filósofo Friedrich Nietzsche, en El crepúsculo de los ídolos, apuesta al derrumbamiento de falsos fetiches de la modernidad. A la luz de la experiencia histórica de la humanidad respalda la validez de los nuevos movimientos generacionales en favor del progreso social.

La actual movilización de la juventud renace en diferentes contextos. La encontramos en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de julio pasado, en Río de Janeiro.

Allí, el papa Francisco agradeció a la presidenta de Brasil, DilmaRousseff, “por haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo de Brasil”.

El Papa pensó en los jóvenes a quienes les dijo: “Con su testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor”. 

Se refirió al matrimonio que es como un compromiso que está “pasado de moda”. El jefe de la Iglesia Católica pidió que se rebelen contra esta cultura de lo provisional. Atrévanse a ser felices”, dijo.

En Brasil existen organizaciones muy activas impulsadas por los jóvenes estudiantes secundarios que se pronuncian contra el aumento de la tarifa de transportes, del corte manual de caña de azúcar. También tenemos las políticas de acciones afirmativas focalizadas para los afrobrasileños, entre otras.

Los pingüinos de Chile 2006-2011, al igual que ‘Yo soy 132’, en México 2012, se preocupan y luchan por la calidad de la educación media. En el caso chileno, en la última campaña electoral, los jóvenes se perfilan como un factor político relevante.

En el Perú, las redes sociales son dinámicas, exigen celeridad en la justicia, calidad de la educación y celo en el buen funcionamiento de los programas sociales. A través de Senaju trabajan en la participación orgánica de las nuevas generaciones en la vida democrática del país.
 
 

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