martes, 15 de octubre de 2013

LA PALABRA DEL DIRECTOR

EL APRA  EN LA HORA DE LA RESPONSABILIDAD.

 
La gran palabra señalada en la Biblia dice:  Todo tiene su tiempo bajo el sol:  Tiempo para nacer, morir, crecer, gozar, para la paz; tiempo para todo.  En esta lectura debe detenerse la militancia del Partido Aprista Peruano, llevando el temperamento a meditar, reflexionar, retomar los efectos de la causa que representa en toda su dimensión el pensamiento de don Víctor Raúl Haya de La Torre.

Para nadie resulta extraño, mucho menos ignorado, que el otrora gran Partido Aprista, a la muerte de su fundador (1979), sufrió  un nefasto deterioro.  Los contenidos históricos agrupados en una solemne organización doctrinaria, se vieron vejados por temperamentos irreverentes, insólitos, ambiciones apasionadas, díscolas: hasta quebrantadoras de su ejemplar unidad, orgullo de la masa aprista y respeto entre peruanos.

Desde 1979 -año de la muerte de Haya- nace la hecatombe.  Desde entonces, la férrea disciplina partidaria comenzó a resquebrajarse a tal extremo que de organización granítica, dueña de todos los candados de seguridad, se llenó de los efectos mas nocivos, extraños, traiciones; se archivaron los padrones organizativos, se vulneraron los Estatutos, las pasiones coparon y reemplazaron la mística gran organización.

Sin dubitaciones de ningún orden, el fenómeno causante de la  gran debacle, sin duda alguna, la tiene Alan García Pérez; uno de los oradores mas grandes de la historia política del Perú.  Ha sido un gran contraste pues de haber nacido con una estrella que mucha envidiarán, es a decir de los hechos  y de una historia sangrante, el autor del descalabro de un APRA cuyo norte magnético apuntaba a una izquierda democrática, siendo que hoy es aliado de los grandes grupos de poder, de la derecha peruana y del liberalismo económico..

A la muerte de Haya, García Pérez impulsado por su arrogancia, se creó para él, fuera del mandato estatutario, el cargo de Presidente del Partido.  Y parece que se trata de un cargo vitalicio, con funciones totalitarias.  Bajo ese nefasto tiempo el APRA fue acusada de corrupta, perdió de forma inexplicable elecciones a tal punto de no presentar candidatura presidencia en las elecciones del 2011.

Hasta el 1979 con Haya vivo y manejando su partido, no hubo cabida para corruptos y ambiciosos.  El Apra con una generación de dirigentes como: Luis Alberto Sánchez, Ramiro Prialé, cachorro Manuel Seoane Corrales, Carlos Enrique Melgar, Armando Villanueva del Campo; y, una legión de muchos mas; era orgullo para la política peruana y latinoamericana. 

El deterioro partidario llega a tal extremo, que esta organización política consciente del mal momento y tratando de esconder la vergüenza, frente a las próximas contiendas electorales, tratan de distraer, presentando candidaturas independientes, dejando de lado los históricos símbolos y cánticos de guerra que otrora eran actos de fe política del pueblo aprista.

Todo este magro tiempo, lleva a que los sectores que son reserva del patrimonio moral del Aprismo, hagan todos los esfuerzos para conectar el mensaje que procure retomar el ejemplar historial, a que se recupere la fraternidad que fue credo entre ellos, que se postule a los cargos públicos a los "compañeros" respondiendo a una verdadera meritocracia. Ese es el reto, hay que re-fundar lo objetivos; los verdaderos apristas tienen la palabra. 

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