Autor:
César Lévano *
El discurso del Presidente de la República en la Asamblea General de las Naciones Unidas ha tenido la virtud de fijar la posición del Perú en dos temas cruciales de política internacional, el bloqueo contra Cuba, que lleva más de medio siglo de un asedio económico y comercial, sin antecedentes en la historia de la humanidad, y el derecho del pueblo palestino a un territorio y un estado independiente, después de más de seis décadas de ocupación de sus tierras ancestrales.
El mandatario ha dejado en claro en forma soberana que para el Perú la paz y la reconciliación en el continente requieren de que termine el injusto bloqueo, herencia de una Guerra Fría hace mucho tiempo terminada y que hace tiempo debió dar paso a la integración, la convivencia pacífica, la seguridad y la paz, en aras del desarrollo para acabar con males como la pobreza y el atraso.
En el marco de un movimiento muncial de solidaridad con el pueblo palestino y su legítima aspiración a la independencia y la paz, expresada en el respaldo a su demanda de ser miembro pleno de la ONU, el mandatario ha dicho en el podio del foro mundial más importante, que el Perú reconoce el derecho del pueblo palestino a vivir en paz y armonía en el conjunto de países de las Naciones Unidas.
Como bien lo ha señalado el ministro de Relaciones Exteriores, esas expresiones del jefe de Estado, si bien tienen un contenido de mayor firmeza y un significado especial por haber sido expresado por nuestro máximo representante, guardan coherencia con una posición histórica y principista en ambos temas, que ha sido política de Estado pues, aunque con matices, ha sido mantenida por gobiernos de distinto signo en las últimas décadas.
El canciller ha recordado que en 1962 el entonces canciller y brillante intelectual Raúl Porras Barrenechea se opuso en una brillante intervención en la OEA al bloqueo contra Cuba y a la expulsión de la isla, pese a que el errado gobierno de entonces se había sumado al cerco contra Cuba.
El Perú además fue uno de los primeros países en restablecer y normalizar relaciones diplomáticas con Cuba, hace casi cuatro décadas, y ha votado siempre en las Naciones Unidas contra el bloqueo infausto contra la isla, manteniendo relaciones de cooperación y respeto mutuo con esa nación hermana, independientemente de diferencias políticas o ideológicas que tampoco han impedido una valiosa colaboración solidaria cubana en materia de salud, especialmente tras el terremoto del sur de 2007.
Y en el caso de Palestina, ya en 1947, en los albores del complejo y prolongado conflicto palestino-israelí, el Perú adhirió a la tesis de dos estados coexistiendo en paz, Israel y Palestina, objetivo que por fin parece estar cerca de alcanzar la comunidad internacional como única posibilidad de que la paz llegue por fin a esa atormentada región del planeta.
El mandatario ha dejado en claro en forma soberana que para el Perú la paz y la reconciliación en el continente requieren de que termine el injusto bloqueo, herencia de una Guerra Fría hace mucho tiempo terminada y que hace tiempo debió dar paso a la integración, la convivencia pacífica, la seguridad y la paz, en aras del desarrollo para acabar con males como la pobreza y el atraso.
En el marco de un movimiento muncial de solidaridad con el pueblo palestino y su legítima aspiración a la independencia y la paz, expresada en el respaldo a su demanda de ser miembro pleno de la ONU, el mandatario ha dicho en el podio del foro mundial más importante, que el Perú reconoce el derecho del pueblo palestino a vivir en paz y armonía en el conjunto de países de las Naciones Unidas.
Como bien lo ha señalado el ministro de Relaciones Exteriores, esas expresiones del jefe de Estado, si bien tienen un contenido de mayor firmeza y un significado especial por haber sido expresado por nuestro máximo representante, guardan coherencia con una posición histórica y principista en ambos temas, que ha sido política de Estado pues, aunque con matices, ha sido mantenida por gobiernos de distinto signo en las últimas décadas.
El canciller ha recordado que en 1962 el entonces canciller y brillante intelectual Raúl Porras Barrenechea se opuso en una brillante intervención en la OEA al bloqueo contra Cuba y a la expulsión de la isla, pese a que el errado gobierno de entonces se había sumado al cerco contra Cuba.
El Perú además fue uno de los primeros países en restablecer y normalizar relaciones diplomáticas con Cuba, hace casi cuatro décadas, y ha votado siempre en las Naciones Unidas contra el bloqueo infausto contra la isla, manteniendo relaciones de cooperación y respeto mutuo con esa nación hermana, independientemente de diferencias políticas o ideológicas que tampoco han impedido una valiosa colaboración solidaria cubana en materia de salud, especialmente tras el terremoto del sur de 2007.
Y en el caso de Palestina, ya en 1947, en los albores del complejo y prolongado conflicto palestino-israelí, el Perú adhirió a la tesis de dos estados coexistiendo en paz, Israel y Palestina, objetivo que por fin parece estar cerca de alcanzar la comunidad internacional como única posibilidad de que la paz llegue por fin a esa atormentada región del planeta.
* Periodista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario