viernes, 30 de setiembre de 2011

INFORME ESPECIAL…Un caos que debe acabar

Autor:
Juan Sánchez *

Óptica. Líderes de opinión coinciden en que los clubes deben asumir sus responsabilidades ante los hechos de violen. Exigieron que los dirigentes no brinden más entradas a estas facciones. Empadronamiento es una norma que los equipos jamás cumplieron.

La violencia en las denominadas "barras bravas" forma parte también del índice de causa de muerte que existe en nuestro Perú. Desde la década de 1960, este flagelo cobra víctimas de manera paulatina, al convertir un partido de fútbol en una batalla campal de nunca acabar entre personas desadaptadas, quienes, detrás de sus disfraces de hinchas, esconden sus personalidades delincuenciales.

Los desmanes ocurridos, el pasado sábado, en el estadio Monumental, y que ocasionaron la muerte del hincha Walter Oyarce, de 23 años, cuando se jugaba el clásico entre "U" y Alianza, es solo parte de las preocupantes estadísticas de víctimas de las llamadas "barras bravas". Los números se acrecientan de manera alarmante.

Es complicado saber a ciencia cierta cuáles son las causas y las medidas a tomar con el objeto de erradicar este mal social. Para algunos, endurecer las penas con los violentos es la solución; otros, sugieren empadronar las "barras bravas" con el fin de vigilar a sus integrantes.

Absurdo...
 
Para el periodista Phillip Butter, no se podrá acabar con los actos de violencia en los estadios si cada uno de los actores encargados del espectáculo deportivo no asume su responsabilidad como tal.
 
Dijo que no es posible que los dirigentes, luego de las desgracias, zafen cuerpo y  digan que no son responsables de los desmanes. Calificó esta actitud de absurda.
 
"Mientras cada una de las autoridades deportivas, políticas y policiales no asuman su responsabilidades vamos a seguir viendo muertes y violencia en los estadios y fuera de ellos. Lo que se vio en el estadio Monumental es una muestra clara de por qué los desadaptados se pasearon como si nada desde el palco de oriente hasta sur, donde estaban los hinchas aliancistas. Acaso alguien les dijo algo", sostuvo.
 
Butter tampoco comparte la idea planteada por el presidente del Instituto Peruano del Deporte, Francisco Boza, de endurecer las leyes que sancionan a los violentos con penas no menores de diez ni mayor de veinte años.
 
"Las penas en el Código Penal ya están establecidas y el tema no va por ese lado. Repito, mientras no se comience a asumir responsabilidades todo seguirá igual", agregó.
 
Sobre el empadronamiento para los hinchas aplicado el año pasado, Phillip Butter añadió que es un saludo a la bandera y que no es una obligación de los barristas inscribirse. "Eso de empadronamiento es un saludo a la bandera, porque no se le puede obligar a nadie a empadronarse o inscribirse, tampoco nadie le puede impedir a un desadaptado ir al estadio porque paga su entrada y listo." 

Clubes miedosos...
 
Una opinión particular tiene el periodista Eddie Fleischman con relación a este tema. Según su perspectiva, los culpables que las "barras bravas" tengan fuerza son los propios clubes porque les brindan un poder desmedido, les regalan entradas y les dejan usar sus instalaciones para que se organicen.
 
Otro punto es la falta de autoridad para hacer cumplir las  leyes establecidas, ya que no se castiga a los violentos a pesar que hay pruebas de sus actos. Los responsables directos del tema de los barristas son los dirigentes, quienes brindan un poder indebido a esas personas. Les entregan entradas gratuitas; y, lo que es peor, les facilitan las instalaciones del club para que ellos se organicen. Otro punto es que existen normas claras contra los violentos en los estadios, pero nadie las hace cumplir.
 
Recordó que en los estadios siempre está Defensa Civil, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior,  pero no cumplen con su labor porque no están garantizando la seguridad que ellos mismos ofrecen al dar el pase para que el club desarrolle su espectáculo.
 
Le causa repudio el hecho de que los barristas ingresen libremente hasta los entrenamientos de los equipos y presionen a sus jugadores para que logren mejores resultados. "Se debe abolir la entrega de entradas a estas personas que malogran el espectáculo con sus actitudes violentas. También identificar a los revoltosos y evitar que acudan a los estadios, aplicar las leyes existentes, meterlos a la cárcel", culminó  Fleischman.

No son suficientes...
 
1 En 2010, el Ministerio del Interior exige a los clubes de fútbol el empadronamiento de sus barristas.

2 Hasta el  19 de junio pasado, solo se registraron 7 mil 585 hinchas de los clubes de fútbol más importantes del país.

3 La suma de empadronados es pobrísima, si se tiene en cuenta que existen unos 15 mil 405 barristas, según reportes de esos clubes deportivos.

4 Gracias a esta labor se detectó a 87 barristas con antecedentes policiales.

Tragedias deportivas...
 
En el historial del fútbol peruano se resaltan los triunfos de los años de antaño, pero también hay sucesos que empañan los memorables buenos momentos.
 
• El más nombrado fue lo ocurrido el 24 de mayo de 1964 en el Estadio Nacional, durante el partido de la selección peruana ante Argentina, cuando el aficionado Víctor Campos, "el negro bomba", ante una polémica decisión arbitral –se anuló el gol del empate de los nuestros–, superó la valla de seguridad del escenario y se metió al campo de juego para agredir al árbitro. Esa acción hizo que se exacerbaran los ánimos de los aficionados, quienes arrancaron las bancas y las lanzaron al campo. La policía para contener esas acciones lanzó bombas lacrimógenas, lo cual hizo que los aficionados buscaran salir del recinto; sin embargo las puertas estaban cerradas y, debido la desesperación, fallecieron más de 300 espectadores de los 47 mil asistentes.
 
• El 2 de abril de 2000, en el encuentro entre Universitario y Unión Minas, un aficionado crema, situado en la tribuna oriente del Estadio Nacional, prendió una bengala y esta fue a parar a la sección de occidente y se introdujo en el ojo del adolescente José Mayta, "Pepito", de 17 años. La muerte del menor fue instantánea.
 
• El 20 de enero de 2007, hinchas de Universitario agredieron de manera salvaje a unos barristas del Sport Boys y les causaron lesiones graves. Esa noche se tuvo que paralizar el encuentro amistoso entre cremas y rosados que se jugaba en el estadio Monumental. Se pidió la inhabilitación del coloso de Ate. 
 
• En 2009, el 24 de octubre, barristas de Universitario arrojaron de una combi a toda velocidad a María Vargas Ortiz, de 25 años, quien, al caer, se golpeó la cabeza en el pavimento y falleció.. El culpable hasta hoy purga condena por asesinato.
 
El sábado último, en el Estadio Monumental, hinchas de Universitario lanzaron al vacío, desde un palco ubicado en la zona sur, a Walter Oyarce. Tras caer, desde unos 30 metros, el aficionado aliancista falleció camino al hospital. Este hecho permitió que el Gobierno tome medidas drásticas para erradicar el flagelo de la violencia en los escenarios deportivos.
 
* Periodista.

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