lunes, 26 de setiembre de 2011

OPINIÓN…¿"Padres de la Patria"?

Autor:
Andrés Abad Tejada *

Mala nota. La semana que pasó, casi al inicio, los medios se encargaban de informarnos que dos congresistas debían responder por graves denuncias. Gana Perú había separado de su bancada a Amado Romero integrante de la Comisión de Energía y Minas, vinculado con la minería informal en su departamento Madre de Dios. Por otro lado, Fuerza 2011 hacía lo propio con Néstor Valqui vinculado a negocios de prostitución en Pasco.

Lamentablemente, antes de cumplir dos meses de haberse instalado, el actual Congreso de la República, al cual guardamos mucho respeto como institución, se ha visto convertido en blanco de la crítica por culpa de varios de sus actuales miembros que por sus antecedentes, conducta, mañas y negocios poco claros han echado por la borda la expectativa que se tenía por ese Poder del Estado. Es una lástima que por culpa de muy pocos, la dignidad y el fuero de una institución pilar de la República quede maltratado.

Todos saben que para acceder al Congreso como representante no hay ninguna limitación. La Constitución del Estado señala como requisitos para ser elegido congresista, ser peruano de nacimiento, haber cumplido veinticinco años de edad y gozar de derecho de sufragio. La ley electoral agrega que debe estar inscrito en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil. Después de estos requisitos, la cancha es libre.

Y es una lástima que eso ocurra, porque, por ejemplo, para acceder a cualquier cargo en la administración pública las exigencias son mayores, empezando por demostrar que el candidato ha recibido educación formal, que debido a ello está capacitado para cumplir con las tareas propias del cargo, poder entender los problemas y darles solución y tener una visión muy amplia de las cosas. Pero para ser legislador, es decir una persona que tenga una vasta comprensión de los problemas del país y que además pueda sancionar leyes en beneficio de la Nación y de la colectividad, se piden muy pocos requisitos, y por esa razón es que en los últimos gobiernos haya habido algunos miembros del Congreso realmente impresentables, como el dueño de un burdel, personas que afrontan denuncias muy serias o promotores de la minería informal e ilegal.

La presencia de este tipo de elementos en el Congreso comenzó con los que llevó la agrupación llamada Cambio 90 liderada en ese entonces por Alberto Fujimori, pues en sus filas había gente que no tenía ni idea de qué era el Congreso. En Trujillo tuve la oportunidad de conocer a dos tipos que habían pasado de administrar panaderías, uno al Senado y otro a la Cámara de Diputados. En Lima, a otros dos, que de misioneros de iglesias de provincias llegaron a la Cámara Baja, o a un oscuro representante de la firma Matsushita del Perú en una provincia del llamado Sur Chico que también se incorporó a esa rama del legislativo. En resumen, un desastre. Esto se hizo más notorio en el llamado Congreso Constituyente Democrático y se agudizó en las legislaturas de 1995 y 2000 bajo el régimen fujimorista.

Prácticamente, el fujimorato convirtió a la política en una actividad "chicha" al igual que todo aquello donde tuvo injerencia: universidades, medios de comunicación, Poder Judicial, etc. Los partidos políticos desaparecieron y en las campañas electorales, en lugar de debatirse planteamientos doctrinarios, planes de gobierno, propuestas inteligentes, la población se limitó a asistir, llevada a rastras, a las manifestaciones en las que se ofrecía como gran novedad la última versión del "baile del Chino".

Ahora estoy informado que existe la sospecha de que por lo menos hay diez miembros del actual Congreso que son o están muy vinculados con el narcotráfico. Y muy pronto se difundirá los nombres de esos "padres de la Patria". Ya en Colombia, en los años 80 varios narcotraficantes, entre ellos Pablo Escobar, llegaron al Congreso de ese país. Escobar fue senador accesitario. Hablando de este capo de la droga, una de las formas como lavó millones de dólares provenientes del narcotráfico fue en la industria de la construcción. Escobar era dueño de por lo menos 15 de los más modernos hoteles en la zona turística de Cartagena de Indias. Y de muchísimas urbanizaciones residenciales en grandes ciudades como Medellín, Cali y Bogotá. Parece que lo que ocurrió en Colombia es una historia que se está repitiendo ahora en el Perú.

Tengo entendido de que también hay una investigación en curso que demostrará que con dinero del narcotráfico se financió gran parte de la campaña electoral de varias candidaturas. Entonces, es cuestión de esperar y comenzarán a salir los destapes. Porque, de lo que se trata, es de limpiar el Congreso, devolverle el sitial que se merece, pero libre de indeseables que sabe Dios cómo llegaron a colocarse en las listas y, metiendo dinero sucio, lograron salir elegidos para gozar de la inmunidad parlamentaria.

* Comunicador Social.

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