Autor:
Carlos E. Paredes *
1. Soy uno de los millones de hinchas cremas que está avergonzado y dolido con lo que pasó en el último clásico. Soy socio de la "U" y copropietario de un palco en el Monumental y, al igual que miles de otros socios y cientos de otros propietarios, levanto mi voz para decir: ¡BASTA! Lo sucedido el sábado no tiene perdón, se ha perdido la vida de un joven peruano, producto de la bestialidad de algunos que se dicen hinchas de la "U", pero a quienes no queremos en Universitario de Deportes; de la negligencia de una directiva que debe ser reemplazada; y, también, de las autoridades de Defensa Civil y de la Policía Nacional, que no tomaron las precauciones que correspondían.
2. Antes de seguir, expreso desde aquí mis condolencias a la familia y a los amigos de Walter Oyarce. Lo siento mucho, lo sucedido es incomprensible e imperdonable. Les deseo que encuentren el consuelo que necesitan y que con el tiempo logren superar el dolor que les han impuesto. En la "U" lo sentimos mucho, y queremos decirles a los familiares y a los hinchas de Alianza Lima: perdón; no debe volver a pasar. Esta muerte insensata ocurrió en nuestra casa y no podemos eludir la responsabilidad; esa no es la "U". Si algún socio está involucrado en los hechos, debe ser expulsado y juzgado por el Poder Judicial. Y todos los involucrados deberían ser vetados de ingresar a estadios donde se practique el fútbol profesional.
3. Empecemos por cerrar el Monumental hasta que no haya una revisión exhaustiva de la seguridad del estadio, hecha por una comisión independiente y con la asistencia de un equipo profesional especialista, que revise los diferentes episodios de violencia que se han producido, y diseñe protocolos de seguridad de cumplimiento obligatorio. Los propietarios de los palcos invertimos en ellos para poder ir a un estadio de primer mundo, moderno y, sobre todo, seguro. Queremos ir al estadio con nuestras familias y amigos para gozar del fútbol, no a arriesgar nuestras vidas. ¡Demandamos seguridad y decencia! Lo sucedido el sábado le pudo ocurrir a cualquiera de nuestros hijos y puede volver a pasar si no tomamos medidas correctivas. Recordemos que este no fue un hecho aislado.
4. Todos sabemos que el fútbol profesional está en crisis en el Perú. Pero la crisis del fútbol no se debe a que no tengamos buenos jugadores, a que los clubes no sean sociedades anónimas, o a la poca asistencia a los estadios. El fútbol está en crisis esencialmente por la debilidad de sus instituciones y por la inexistencia de una estructura de incentivos que produzca los resultados deseados. Si a esta debilidad institucional le añadimos la falta de decencia y vergüenza de muchos de sus dirigentes, obtenemos como resultado la tormenta perfecta: bajo nivel futbolístico, pobres resultados económicos, corrupción, violencia y muerte.
5. Enfrentar exitosamente la crisis del fútbol requiere, por lo tanto, cambiar el sistema y no solo los estatutos o la directiva de tal o cual club. Difícilmente podrá haber buenos equipos si la liga es mediocre, y el público no regresará masivamente a los estadios mientras se trate de una actividad mediocre y sumamente riesgosa. Aquí, como en muchas otras actividades humanas, los resultados de uno no solo dependen de lo que ese uno haga, sino también de lo que otros hagan. La presencia de importantes "externalidades" demanda de una acción coordinada por parte de los clubes profesionales. Sin embargo, el problema que enfrentamos la mayoría que demanda el cambio está en las minorías enquistadas en diferentes clubes y gremios, que viven y se benefician del status quo. Promovamos el cambio, ¡basta ya!
* Director de Intelfin y Profesor de Economía de la USMP.
2. Antes de seguir, expreso desde aquí mis condolencias a la familia y a los amigos de Walter Oyarce. Lo siento mucho, lo sucedido es incomprensible e imperdonable. Les deseo que encuentren el consuelo que necesitan y que con el tiempo logren superar el dolor que les han impuesto. En la "U" lo sentimos mucho, y queremos decirles a los familiares y a los hinchas de Alianza Lima: perdón; no debe volver a pasar. Esta muerte insensata ocurrió en nuestra casa y no podemos eludir la responsabilidad; esa no es la "U". Si algún socio está involucrado en los hechos, debe ser expulsado y juzgado por el Poder Judicial. Y todos los involucrados deberían ser vetados de ingresar a estadios donde se practique el fútbol profesional.
3. Empecemos por cerrar el Monumental hasta que no haya una revisión exhaustiva de la seguridad del estadio, hecha por una comisión independiente y con la asistencia de un equipo profesional especialista, que revise los diferentes episodios de violencia que se han producido, y diseñe protocolos de seguridad de cumplimiento obligatorio. Los propietarios de los palcos invertimos en ellos para poder ir a un estadio de primer mundo, moderno y, sobre todo, seguro. Queremos ir al estadio con nuestras familias y amigos para gozar del fútbol, no a arriesgar nuestras vidas. ¡Demandamos seguridad y decencia! Lo sucedido el sábado le pudo ocurrir a cualquiera de nuestros hijos y puede volver a pasar si no tomamos medidas correctivas. Recordemos que este no fue un hecho aislado.
4. Todos sabemos que el fútbol profesional está en crisis en el Perú. Pero la crisis del fútbol no se debe a que no tengamos buenos jugadores, a que los clubes no sean sociedades anónimas, o a la poca asistencia a los estadios. El fútbol está en crisis esencialmente por la debilidad de sus instituciones y por la inexistencia de una estructura de incentivos que produzca los resultados deseados. Si a esta debilidad institucional le añadimos la falta de decencia y vergüenza de muchos de sus dirigentes, obtenemos como resultado la tormenta perfecta: bajo nivel futbolístico, pobres resultados económicos, corrupción, violencia y muerte.
5. Enfrentar exitosamente la crisis del fútbol requiere, por lo tanto, cambiar el sistema y no solo los estatutos o la directiva de tal o cual club. Difícilmente podrá haber buenos equipos si la liga es mediocre, y el público no regresará masivamente a los estadios mientras se trate de una actividad mediocre y sumamente riesgosa. Aquí, como en muchas otras actividades humanas, los resultados de uno no solo dependen de lo que ese uno haga, sino también de lo que otros hagan. La presencia de importantes "externalidades" demanda de una acción coordinada por parte de los clubes profesionales. Sin embargo, el problema que enfrentamos la mayoría que demanda el cambio está en las minorías enquistadas en diferentes clubes y gremios, que viven y se benefician del status quo. Promovamos el cambio, ¡basta ya!
* Director de Intelfin y Profesor de Economía de la USMP.
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