jueves, 29 de setiembre de 2011

OPINIÓN… ¿Ahorcando a la prensa?

Autor:
Víctor Andrés Ponce *

Un juez provisional de Arequipa sentencia a dos años de prisión a Fritz Du Bois, director de Perú. 21 y Gessler Ojeda, redactor del mismo diario, por emitir opiniones y reportajes sobre vínculos inapropiados de una parlamentaria oficialista y, bueno, algunos medios y periodistas se solidarizan con ellos, pero no tanto. Algo así como un apoyo forzado por las circunstancias. Es más, el presidente del Congreso, Daniel Abugattás, es entrevistado y pide la cabeza de Du Bois y los mismos medios y colegas silban con las manos en los bolsillos. Dos años de prisión a un director de un periódico si bien no es un récord si acerca al Perú a la república bolivariana de Ecuador, donde Rafael Correa, el enemigo latinoamericano y mundial de la libertad de prensa, moviliza a sus jueces y le clava tres años de prisión a los propietarios de El Universo y al periodista Alfredo Palacios. De dos a tres media un añito, ¿no? ¿Qué nos está pasando? La pregunta incluye a todos, inclusive, al suscrito.

Los 'vladivideos’ nos permitieron conocer que algunos propietarios y periodistas eran comprados por la mafia y, entonces, asumimos consciencia de que sin libertad de prensa no hay democracia. Durante las elecciones pasadas se extendió un peligroso humor contra algunos propietarios de medios por decisiones con respecto a líneas editoriales y, de pronto, el país entró a una especie de polarización entre hombres de prensa de izquierda y de derecha. Cualquier observador consideraría que esa situación tenía que superarse apenas la democracia movilizara sus engranajes, pero todo indica que esa polarización avanza a transformarse en una polarización entre prensa independiente y prensa oficialista. Si eso se produce, la democracia misma está amenazada. Perú 21 hoy es uno de los principales tabloides independiente y con un tiraje de absoluto respeto. ¿Cómo se explica esta solidaridad tan tibia, tan light?

Fujimori, Chávez, Correa y Morales implementaron e implementan sus proyectos autoritarios porque lograron polarizar a la prensa entre una oficial y otra opositora, destruyendo los consensos que los periodistas de izquierda, del liberalismo, de la derecha o de arriba o de abajo siempre deben defender. Uno de ellos es que no hay delito de opinión. La polarización se vuelve tan maciza que los defensores de Aída García Naranjo, ministra de la Mujer, señalan que hay “una prensa de derecha” que pide su renuncia. Vaya. A reflexionar, pues, sobre nuestras conductas entre colegas. Siempre van a haber diferencias y enfrentamientos, pero siempre debe existir una línea imposible de cruzar. Cuando desde el poder se ataca a un periodista, tarde o temprano ese ataque nos llegará. Claro, a menos que cambiemos de profesión o ya ejerzamos otras actividades.

* Periodista.

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