miércoles, 28 de setiembre de 2011

OPINIÓN… Las asociaciones público-privadas

Autor:
Nicolás Polar *

Hoy en día se suele utilizar el término infraestructura para referirse a la infraestructura física necesaria para el funcionamiento de una sociedad moderna, conocida en la doctrina como la "infraestructura hard" (transportes, saneamiento, electricidad, hidrocarburos y tecnologías de la información, entre otros), mas creemos debe haber también una mayor atención a un área igual de importante que la doctrina conoce como la "infraestructura soft", también llamada infraestructura social.

La infraestructura social está referida a todas las instituciones que son requeridas para mantener el estándar económico, cultural, social y de salud de un país, tales como el sistema educativo, el sistema de salud, y el sistema de aplicación de leyes y de gobernabilidad. Se enfoca más en poder otorgar servicios especializados a la población, y dependen en mayor medida de instituciones, sistemas y edificaciones altamente especializados .

En el último año y medio tenemos dos claros ejemplos de la aplicación de la figura de las asociaciones público-privadas a estos sectores: por un lado, tenemos la concesión a un operador privado de un establecimiento penitenciario en la Región Lima, donde si bien el objetivo primordial es el reducir la elevada tasa de sobrepoblación penitenciaria, adicionalmente se promueve la inserción social posterior de los reos de baja peligrosidad.

Un segundo ejemplo lo tenemos en el contrato suscrito el año pasado entre Essalud y el Consorcio BM3 Salud, que implicaba la construcción, equipamiento y operación por 30 años de dos hospitales de 250 camas cada uno, con una inversión de cerca de US$ 100 millones.

No es nuestra intención comentar sobre la conveniencia y viabilidad de los citados proyectos, sino hacer hincapié en la posibilidad que tenemos de recurrir a la figura de las asociaciones público-privadas para atender también estas áreas donde existe una gran brecha por reducir.

Así, si bien la participación del Estado en estas áreas es hasta cierto punto necesaria, vemos viable y recomendable apoyarse en mayor medida en el sector privado, vía estas asociaciones con el Estado; el grado de dicha participación deberá estar en función de una adecuada y coherente planificación de mediano y largo plazo, además, claro está, del análisis costo-beneficio de cada proyecto, su bancabilidad, y del "rendimiento social" que dicho proyecto conlleve.

* Economista Asociado - Macroconsult

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