jueves, 6 de marzo de 2014


EDUCACIÓN INCLUSIVA PARA TODOS.


El ministro de Educación, Jaime Saavedra, anunció que el Estado peruano realizará un minucioso trabajo de supervisión en la infraestructura y calidad de enseñanza en los colegios particulares. Esta es una buena noticia ante el aumento vertiginoso de los centros educativos privados que operan hoy en nuestro país.

Mientras que para el lunes 10 de marzo se espera que ocho millones de escolares ya inicien clases en 94,624 instituciones educativas que existen en nuestro país, un buen grupo de estudiantes de colegios particulares ya comenzó sus actividades el lunes 3. 

El fenómeno del crecimiento de la educación privada es reciente y obedece, sin duda, al aumento del poder adquisitivo de las familias peruanas. Aunque no es verdad, existe la creencia de que toda institución privada siempre brinda mejor servicio que una estatal. 

Pero constantemente medios de comunicación denuncian sobre la existencia de centros privados que funcionan en pésimas condiciones de infraestructura. Por ejemplo, una casona es convertida en escuela. Y el patio de recreo son habitaciones tugurizadas y pocas aptas para el desarrollo físico y mental de nuestros niños. Tampoco ofrecen servicios higiénicos adaptados para las necesidades de los colegiales. 

Por muchos años, el Estado ha sido débil para controlar el desarrollo de los colegios privados que laboran en todo el país. Como manifiesta el ministro de Educación, existen centros educativos privados de calidad que pueden competir en el ámbito mundial, pero también otros cuyo nivel no es deseable. Y se estima que esta cifra es muy elevada. 

De acuerdo al mismo ministerio se calcula que 2,500,000 estudiantes concurren a cerca de 25,000 instituciones privadas educativas a escala nacional. Este tipo de escuela ocupa a 167,525 docentes que desarrollan sus actividades en centros de inicial, primaria y secundaria.  Solo en Lima, 1,200,000 estudiantes ya asisten a clases, de los cuales 440,000 pertenecen a escuelas primarias. 

Además de la infraestructura, los problemas que presentan este tipo de escuela son muchos. Un informe del año pasado de Centrum Católica reveló que el 72% de los centros educativos privados ha subido sus pensiones. Mientras que el 45% de dichas escuelas subió sus tarifas en 2012. El afán de lucro de muchas de ellas se esconden en el principio de que “la buena educación cuesta”. 

Otra de las cuestiones son los abusos que se incluyen en los reglamentos internos, que están muchas veces por encima de las leyes educativas del país. Por ejemplo, tienen por política no recibir a estudiantes con cierta limitación física. Con un lenguaje de apariencia legal, algunos colegios practican la discriminación en forma soterrada. 

Además, se requiere un mayor control de los docentes que trabajan en el sector privado. Se necesita que tengan el nivel profesional adecuado. No solo basta que obtengan el respectivo título en nombre de la Nación, sino que también se encuentren actualizados en las modernas técnicas pedagógicas. 

Dentro de su política, de primero la educación inclusiva, el ministerio no solo se preocupa del sector público, sino también de la enseñanza de todos los niños y jóvenes peruanos. Sabemos que solo mejorando nuestro sistema educativo –público o particular– el Perú tendrá un futuro mejor. 


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