miércoles, 24 de octubre de 2012

POR: RICHARD KINBOLL

 
 
D E S D E    M I    E S Q U I N A          
 
UNA FAMA NO MUY ELOCUENTE
 
El "Talón de Aquiles" que marcó a la ciudad de Talara, ha sido indefectiblemente, las pésimas autoridades nombradas en todos los tiempos en los diferentes rangos de su administración. Indiscutible entonces, para admitir que la justicia impartida no satisfizo el fín esperado.
 
Que recordemos ha sido como un señuelo malo propio de alguna versión agorera. Desde siempre, estuvieron en vitrina malos policias, fiscales y jueces prevaricadores, autoridades laborales al servicio de poderosas enganchadoras, subprefectos prefiriendo ser damas de compañia en los besa manos de séquitos palaciegos.
 
En todo este tiempo, aquellas autoridades cuestionadas por la historia, han sido protagonistas de hechos y acciones execrables. En décadas pasadas (1980), un alto militar involucrado en un crimen del avionero "Pepe Abad", muerte que inspiró al premio Nobel de Literatura Mario Vargas LLosa, a escribir su novela "¿Quién mató a Palomino Molero?".
 
En otro acontecimiento, el hoy juez talareño, Edhin Campos de la Corte Superior de Huaraz, denunció a un subprefecto de apellido Negrini, de pretenderle sobornar para adjudicarle una fecha final de manifestaciones políticas en competencia municipal. Este acto provocó la destitución de la indicada autoridad.
 
En la década del 90, desde la ciudad de Lima, en pleno desarrollo de la dictadura fujimorista, se dictó la orden provocar el incendio del edifico 9 de Octubre de Petroperú. En el voraz incendio que no dejó ni cenizas, el fuego acabó con documentación histórica, contable, financiera de la primera empresa nacional. Nunca se llegó a determinar los hechos, las motivaciones y los responsables.
 
En la misma década otro incendio desapareció todo el archivo de expedientes en las oficinas del Poder Judicial, en aquel entonces, funcionando en el viejo local de la Octava División Motorizada. Se destruyó y desapareció todo el margesi de expedientes, no quedó nada; las autoridades de ese ramo, nunca mostraron interés por explicar lo ocurrido.
 
Al comenzar el año 2000, los vecinos de Lobitos, denunciaron que el grupo militar de Caballería acantonado en dicha lugar, sistemáticamente habían comenzado a desmantelar edificios, locales, viviendas que constituían un gran patrimonio histórico. Era el legado dejado por la compañía Lobitos petrolera Inglesa. Se iniciaron las investigaciones, se señaló a un general como autor del "terremoto patrimonial", se encomendó investigar, y hasta allí quedó todo.
 
La explicación por los permanentes conflictos laborales en la zona petrolera que originaron grandes paralizaciones con malestar social, se debió sin duda a la presencia de encargados de la oficina de Inspección de Trabajo, sirvientes de las poderosas petroleras. Precisamente en el año 2000 en una marcha de trabajadores de Petromar demandando reivindicaciones, se ordenó disparar contra ellos, provocándose la muerte del mártir Wilberto Herrera Carlin.
 
Este es a groso modo, el paso no muy elocuente de autoridades en la Provincia de Talara marcando un destino deleznable, vergonzoso y dañino para la historia de Talara.
 

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