lunes, 22 de octubre de 2012

O P I N I Ó N

 

El escritor Volpi y lo indefendible

 
Según Volpi, el vocero del jurado, el crítico canadiense de origen rumano Calin Mihailescu, "dejó sentado, con gran claridad, que el jurado había decidido reconocer la trayectoria narrativa de Bryce y optado por no tomar en cuenta las acusaciones de plagio de diversos artículos periodísticos debido a que estas habían sido llevadas a los tribunales competentes y no incidían en el valor de su obra narrativa".
 
Olvidaron los miembros del jurado que un escritor o cualquier artista que obtiene un reconocimiento debe ser digno y merecedor de ello.
 
No puede sesgarse, en nombre de algunas luces, las sombras innumerables que todavía rondan los escritos de Bryce Echenique.
 
Su obra narrativa y sus artículos periodísticos son igualmente serios y deberían ser "artísticos y respetables"; y los "tribunales competentes" no han exculpado aún al escritor peruano.
 
Es cierto que el periodismo no se encuentra dentro de las bases del premio, poco serio es que lo ético, que lo engloba todo, sea tomado como algo menos serio.
 
Estas líneas no son un acto de "soberbia e hipocresía lamentables", quieren ser solo portavoz de una interrogante: ¿no había otro clásico de la literatura latinoamericana, por ahora, más limpio que Bryce Echenique?
 
Sobre todo cuando Volpi argumenta que "desde los años setenta, apenas unos cuantos han conseguido superar el paso de los años y solo un puñado pueden considerarse clásicos".
 
Volpi asegura también: "Querer arrebatarle a Bryce un reconocimiento a su obra narrativa, en cambio, es un atentado a la legalidad".
 
Quienes han atentado contra la "legalidad literaria" son, en todo caso, los jurados del Premio FIL de Literatura por complacientes, descuidados y por haber sentado en ese premio un nefasto precedente de galardonar autores que se encuentran en el umbral de la legalidad y de la ilegalidad.
 
La gloria literaria no debería tener los laureles manchados por una lluvia de reparos ni dobles morales ni impugnaciones no esclarecidas y con grandes indicios de ser, lamentablemente, ciertas.
 
El Perú y México tenemos mucho que denunciar, pero también mucho que defender, y allí sí no podemos tener la visión sesgada o la moral subjetiva de cuando concedemos premios.
 
Nos parece de muy mal gusto que Volpi exponga el caso de Álvaro Mutis, para tratar de darle asidero a sus afirmaciones sobre Bryce Echenique. Transcribo a continuación lo que ventila del poeta colombiano: "Me pregunto si nuestra inquisición literaria recabará firmas para que se le despoje del Premio Cervantes a Álvaro Mutis por malversación de fondos. ¿Dirán que este último fue un premio que exalta a los estafadores? ¿O torcerán la lógica para explicar que es "mucho peor" robar ideas que robar dinero?".

 

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