Nuevo impulso al cooperativismo
Las primeras cooperativas en el Perú nacen, propiamente, a la par de los incipientes movimientos obreros que fueron surgiendo en las primeras décadas del siglo XX.
En su origen fue una actividad ligada a grupos laborales pobres que se abrían camino en la dura economía del país. Fue en el primer gobierno del arquitecto Fernando Belaunde que se promulga la Ley General de Cooperativas, en 1964. Después vendrían otras normas que se encargarían de corregir, mejorar o adaptar a las exigencias de nuevos tiempos.
Sin embargo, ahora, a la luz de nuevas realidades, todos piden la dación de una nueva Ley General de Cooperativas, que es lo que se viene trabajando en la Comisión de Producción, Micro y Pequeñas Empresas y Cooperativas, que presido en el Congreso de la República.
El cooperativismo peruano ha sido, a lo largo de su historia, el medio de subsistencia para miles de familias en el país y una manera de procurarse una mejora en la calidad de vida.
Ahora, a juzgar por los hechos, se podría decir que el cooperativismo retoma su liderazgo en los sectores que le fueron esquivos, pero que es necesario estimular.
En ese camino, la comisión que presido viene trabajando para ofrecer al país una nueva legislación, más sólida, coherente y moderna, que mejore a la vigente, en vista de las nuevas exigencias que nos plantea nuestra realidad, que es parte del mundo globalizado.
Con este propósito, estamos recogiendo las opiniones de los entendidos en el tema, así como de los representantes de las instituciones que están comprendidas en esta actividad.
Y no puede ser de otra manera, con una actividad que no solo no es nueva, sino que en el mundo tiene más de cien años de existencia en los sectores financiero, manufacturero o de servicios, así como en muchas áreas de la actividad económico-profesional.
No debe llamar la atención que en los países desarrollados las cooperativas representen, por ejemplo, más del 40% del PBI. En el nuestro sufrió los embates del sinceramiento luego del shock de los noventa, del cual se fue recuperando lentamente.
A la Comisión de Producción fueron invitados, recientemente, la directora de la micro, pequeña empresa y cooperativas del Ministerio de la Producción, Melina Burgos, y el gerente general de la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú, Manuel Rabines, para escuchar sus opiniones, que fueron valiosas.
Así pudimos conocer que se quiere cooperativas de calidad, ambientalmente sostenibles, descentralizadas, inclusivas e innovadoras, de creciente valor agregado, debidamente insertadas en cadenas y conglomerados productivos que brindan servicios competitivos. O que las cooperativas tengan una supervisión especializada, pues las cooperativas de ahorro y crédito son diferentes, por ejemplo, a las de las entidades bancarias.
Energía limpia y barata
En la misma medida en que se acelera el crecimiento económico, y que se van cumpliendo las metas de un desarrollo sostenible con inclusión social, también se incrementa la demanda de energía para atender las necesidades de las poblaciones más pobres y apartadas y para impulsar el comercio y la industria.
El Perú tiene un crecimiento económico sostenido y en siete años duplicaremos la demanda actual de energía de 6,000 megas.
El Perú, felizmente, es un país privilegiado con una vasta diversidad productiva y, a la vez, también posee una variedad impresionante de fuentes energéticas, agotables y renovables.
La escasez energética es un problema que preocupa al mundo, en especial a los países desarrollados, donde equipos científicos de élite vienen experimentando otros tipos de combustibles para reemplazar a los hidrocarburos en un futuro que ya no parece muy lejano.
No solamente se afronta el reto del agotamiento de los yacimientos petrolíferos y gasíferos, sino que también se presenta el problema de los precios de los carburantes en el contexto de sucesivas crisis financieras que afectan a las naciones ricas.
Por otro lado, se realizan y se continúan practicando en el mundo nuevas tecnologías orientadas a aprovechar masivamente fuentes energéticas más limpias, las que hasta hace unas décadas solo figuraban en la imaginación precursora de algunos científicos de vanguardia y de escritores de ciencia ficción.
Estas reflexiones nos ayudan a comprender en toda su magnitud las ventajas que tiene el Perú frente a otras naciones en el campo de la producción y abastecimiento de energía.
Además de la considerable producción y prospección de petróleo, se cuenta con los grandes yacimientos de gas de Camisea y la potencialidad de otros lotes para un futuro de corto y mediano plazos.
Pero nuestra diversa geografía cuenta también con grandes caídas de agua que nos otorgan la posibilidad de construir grandes y medianas plantas hidroeléctricas.
Además, en varias regiones de nuestro territorio existen condiciones propicias para construir plantas de generación de energía solar y eólica, sin dejar de mencionar la alternativa nuclear.
En tal razón, podemos calificar de histórica inauguración, el vienes último en las pampas de La Joya, Arequipa, de la primera central de generación de electricidad a partir de la energía solar, a cargo del presidente de la República, Ollanta Humala Tasso.
Se trata en realidad de dos plantas, la primera en La Joya y la otra en Majes, en la provincia arequipeña de Caylloma, que tendrán una potencia de 22 megavatios.
En esta oportunidad, el Jefe del Estado ha anunciado que, ante el crecimiento de la demanda energética en el país, el Gobierno promoverá el desarrollo de proyectos de energía renovable para hacer más barato y accesible el servicio a los pobladores de todo el territorio nacional y, al mismo tiempo, cubrir los requerimientos de las industrias.
Mientras tanto, el Gobierno, en el marco de su política de inclusión social, proseguirá con los programas de electrificación rural a favor de los pueblos más pobres y aislados, con la finalidad de articularlos al aparato productivo del país. La electrificación del país es vital para seguir creciendo y avanzando en la lucha contra la pobreza.
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