jueves, 11 de octubre de 2012

POR : RICHARD KINBOLL

 
D E S D  E      M I     E S Q U I N A       

                
EN LUGAR DE DIGNIDAD, BALA CONTRA EL PUEBLO PETROLERO
 
He leido y releido tantas veces el capítulo sangriento y vergonzoso de la barbarie contra el trabajador y pueblo petrolero en 1931, que cuando me comunicaron que la población de El Alto, estaba siendo reprimida a punta de bala, me animé a creer que la historia podía repitírse.
 
Que ironía, transcurría un día después del glorioso 9 de octubre, consagrado en la historia del Perú como Día de la Dignidad Nacional, en mérito a que un día: 9 de octubre de 1968, el gobierno militar de la FF.AA. recuperó para el Perú, la administración de los Yacimientos petrolíferos de la Brea y Pariñas. Acto de profunda inspiración peruana, soberana y nacionalista.
 
Aún cuando en esta nueva fecha, todo el territorio petrolero del noroeste peruano, sintió el frío, por la ausencia del Presidente de la República Ollanta Humala, quien prefirió que le anunciaran su asistencia en un lugar denominado "Canchaque" en la misma región Piura, antes de corresponder a los anuncios y respuestas que todo el Perú, esperaba en torno al futuro de Petroperú; los talareños, pretendiendo no sentir la defraudación, trataron de acomodar una explicación para no admitir los desaires del Gobierno Peruano.
 
Habían transcurrido 24 horas de un día, una gesta, que demanda claras determinaciones. Si el Gobierno sostiene que le anima un orientación nacionalista, tiene que demostrarlo; máxime, cuando todos los peruanos sabemos que es perentorio el manejo de nuestro recurso e industria petrolera, por ser estratégico, y manejado en todos los países, por la propia administración del Estado.
 
Todo deviene del comportamiento despótico, bastardo, insuficiente, en dirección al reconocimiento a los derechos laborales por parte de casi la totalidad de las contratistas petroleras. Esto se patentiza en el distrito de El Alto, específicamente en el manejo del Lote X, administrado por Petrobras, empresa renuente en acatar la aplicación de la legislación laboral peruana, redundando ello, en conspirar para desarrollar un clima de paz social, en menoscabo y perjuicio de las pequeñas poblaciones que la cobijan.
 
El nudo gordiano de los impases, nace en la razón que Petrobras, no quiere, ni puede, dar cumplimiento a los compromisos que ha establecido por intermedio de contratos y convenios, actas, suscritos en el Perú. Uno de ellos, es el exigido con toda legitimidad por la población Alteña, de sentirse con derecho a que el 75% de los ingresos laborales, sean otorgados protegiendo la mano de obra local.
 
Las petroleras no pueden cumplir toda vez, que las mas encumbradas autoridades del Gobierno Central, le presentan listas de trabajadores recomendados desde la capital de la República. El Alto, se queja de ello, determinando que esta situación se convierta en un duro escollo, mas tarde causa de los graves desentendimientos, como los que vienen ocurriendo en esta población.
 
Petrobras es una poderosísima Empresa del Estado de Brasil, está considerada dentro de las 7 hermanas de mas grandes capitales del mundo petrolero. En el lugar del conflicto explota el Lote X en el noroeste peruano, con una producción de 13 mil barriles/día que vendidos a Petroperú, a precio internacional, le brinda réditos por encima del millón de dólares de ingresos por día.
 
Tal vez sea esa situación, y la influencia que genera sobre el Estado Peruano, la explicación que la anima y le autoriza en actuar con prepotencia, ventaja, en sus obligaciones laborales que maltrata y mancilla, repercutiendo en la alteración del orden social, generando permanentes conflictos con los trabajadores a quienes engancha en sus empresas sub-contratistas.
 
Todo este estado de cosas, explicadas en la natural falta de autoridad del Supremo Gobierno, llegó a su climax ayer 10 de octubre, día de agresión, violencia, bala, que determinaron el saldo de 5 trabajadores heridos de bala. Una vez mas, nuestras fuerzas policiales, actuaron como fuerzas represivas, desdiciendo de su verdadero rol que demanda la protección y seguridad del trabajador y ciudadano peruano.

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