miércoles, 31 de octubre de 2012

O P I N I Ó N


¡ HAY MAMITA QUÉ NOS PASA A LOS PIURANOS !

En Sullana un magistrado se inhibe porque el defensor del procesado es su profesor en la maestría. Últimamente los funcionarios públicos recurren a prestigiados abogados que les cobran en contante y sonante por librarlos del incomodo trance judicial. Así los defensores de causas imposibles resultan afortunados. Como se dice en Piura "los abogados estudian derecho para torcer las leyes".
 
Lo propio sucede con los arquitectos que advierten el hacinamiento de la ciudad. En realidad son los alfiles de la burbuja inmobiliaria. Otros son parte del equipo de ablandadores lanzados a los municipios por los gestores de proyectos inmobiliarios. La voracidad por la tierra en Piura se ha desencadenado salvajemente y no hay quien la detenga.
 
En Piura suceden acontecimientos realmente insólitos. El vicepresidente regional Maximiliano Ruiz Rosales acaba de declarar lo siguiente: "Si Javier Atkins no me encarga nada me rascare la barriga". Lo que significa que el vicepresidente se la pasara, en el tiempo que le queda en el gobierno regional, en un interminable escozor y rascadera. Otros opinan especulativamente que el vicepresidente padece una especie de "rasca-rasca" política que afecta las partes más sensibles de su cuerpo producto de los desentendimientos políticos.
 
Como bien dicen los piuranos cuando se encuentran: ¿Hola primo como estás? No es que tengan un vínculo familiar o espiritual. Sino que a sí mismo se sienten integrantes de una familia mayor. Esa familia es una cadena interminable de cortesía y de amabilidad. "Primito como pasa el tiempo y como cambian las cosas. Antes nos encontrábamos en los chicheríos. Hoy sólo nos vemos en los hospitales. Así pasa el tiempo." Y continúan hablando haciendo uso de la ironía y el humor hasta destornillarse de risa. "Ay primito antes había que cuidar a las churres para que no se caigan de la cama y hoy que cuidarlas que no se suban a la cama de cualquier hijo de la guayaba". La conversación prosigue. "¿Y como está de la salud primito? Primito mejorando, mejorando por la voluntad de Dios porque con estos médicos no estamos libres del paro".
 
La conversación se prolonga sobre temas variados. La economía del país, la política y el obituario de la semana. La actitud ante la muerte del piurano es de aceptación gozosa porque significa el encuentro con Dios. La muerte llegará en su momento y sin apuro. Los piuranos conversan en los pasillos del hospital, en el mercado, en la Plaza de Armas, en las colas de los bancos. Escucharlos conversar es un deleite por la gran cantidad de ocurrencias que deslizan o por la forma pícara con la que administran el doble sentido de hechos y acontecimientos. Así podrían afirmar que Piura tiene dos estaciones: "El invierno y el infierno". O que la Directora de El Tiempo se ha dedicado al "webeo". Todo el día para "webeando". Mejor dicho intercambiando información en la web. El webeo es el deporte de los jóvenes pertrechados de Iphone y de equipos de telefonía caros. Webear es distinto que huevear. El huevear piurano es el engaño, el simular que se trabaja fingiendo acción y detenimiento. Sensu stricto no se hace nada.
 
Sobre los políticos menudean los juicios. El indulto a Fujimori por causa de carcinoma de lengua que no es una afección terminal. Unos opinan que el entorno familiar de Fujimori quiere ablandar al gobierno a vísperas de navidad. El indulto es una concesión privativa del Jefe de Estado, una prerrogativa de las antiguas monarquías. La amnistía es el olvido legal de las penas. El indulto no es de ningún modo amnistía. Los delitos perpetrados por Fujimori no han prescrito y son historia reciente. Uno de los puntos de controversia es el siguiente: si en prisión Fujimori tiene todo es mejor que siga en prisión que debilitando el sistema democrático con un indulto discutible desde el punto de vista jurídico. Con Fujimori libre pierde la democracia algo así como dejar los candados abiertos para los terroristas, los corruptos y los narcotraficantes. Y que el próximo indultado sea Vladimiro Montesinos por dolor de muela.
 
Piura tiene sus propios encantos y atractivos. Los desencantos son producto de la improvisación y el mal gusto. Lo ocurrido en la avenida Bolognesi es realmente una demostración inequívoca de lo que no se debe hacer en una ciudad. A ello se suma la irracionalidad de quienes creen que la motosierra y el hacha son las herramientas del progreso y la civilización. No lo son. El respeto a la naturaleza es un valor elemental. Es el respeto a la vida misma. Las losetas quebradizas que no resisten la radiación solar son mera decoración para el momento y nada más. Las huachaferías y arrumacos arquitectónicos no son sino expresión de una grosera falta de respeto a la ciudad y sus habitantes. ¿Nos creen tontos?
 
 
 
¿ Y EL MANDATO DE LA LEY?
 
 
Está en rango inferior que el mandato moral; la ley no basta, muchas veces ésta, aunque es la expresión física, formal, del Derecho positivo y en principio simboliza y aspira a representar a la justicia, se trastoca con frecuencia y contradice lo que corresponde por derecho. Es entonces una ley espúrea, con artificio de legitimidad gracias al amañado procedimiento seguido para darle vigencia. Es una ley con legitimidad viciada, impropia.
 
Consecuentemente resulta válido rebelarse contra ella. Es un deber de dignidad no acatarla. El respeto a la ley nace cuando desaparece la ambigüedad, la vacilación, la trampa puesta en ella como un oprobio y cuando es contraria a Derecho. Si la ley no es conforme a éste y a sus principios inalterables, no existe razón ética para su acatamiento. Incumplirla obedece a motivos y derechos superiores de valor y de estricta justicia como virtud social, como conjunto de principios que expresan valoraciones morales de los fenómenos sociales en pos de la equidad.
 
Es cuando refulge la Filosofía del Derecho y la filosofía como tal, como ciencia que ordena el pensamiento y lo conduce a la verdad, sustento inequívoco del conocimiento cierto, de lo veraz que se desprende de las leyes de la lógica; verdad como correspondencia indubitable de la situación real de las cosas y de los hechos. El periodista, buscador infatigable e informador de lo verdadero, no puede estar al margen, de esta indispensable orientación filosófica, más aún cuando ofrece opinión hacia el acierto de la razón, almácigo siempre fresco de la libertad.
 
Por todo ello hay la duda prudente respecto a la eficacia de la ley, que puede ser convertida en pura ficción, en sí misma o en la fase procesal del acto jurídico, más concretamente cuando jueces prevaricadores hacen tabla rasa de los términos que fija el Código y reciben sentencias del poder oculto y, sin rubor, las suscriben como propias.
 
Ante la justificada duda acerca de la ley y su reprochable aplicación, se advierte la conveniencia de que los propios periodistas y los medios se impongan reglas de conducta profesional que regulen el trabajo y sirvan para una autodisciplina, sobre la base de lo más perfecto que puede tener el hombre: la moral. Es indispensable el compromiso de sí mismo y de la profesión, lo cual implica un comportamiento ético en el quehacer diario. Es la consciencia del deber y la convicción del respeto al ser humano, como persona, titular preferencial del mensaje periodístico.

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