lunes, 15 de octubre de 2012

O P I N I Ó N


TODOS LOS JUECES CORRUPTOS A LA CÁRCEL
 
 
En el Perú coexisten enquistadas células cancerígenas que ocasionan al organismo nacional, daño terminal, irreversible. La guerra está perdida.
 
Los principales sectores dañados por la maldita enfermedad, son los poderes del Estado, todos casi sin excepción. En el Ejecutivo, Legislativo, Judicial, JNE. Contraloría General de la República, Tribunal Constitucional; todos de muchas maneras, exponen, encierran corrupción.
 
Lo muy preocupante, es intuir que la sociedad peruana tiene la guerra perdida. Parece que DIos nos ha bajado el dedo; y si no nos sucede lo de: Sodoma y Gomorra, seguiríamos viviendo siendo testigos de un apocalipsis de aconteceres en corrupción; seremos como lo dijo Manuel Gonzales Prada: "donde se ponga el dedo saltará la pus" .
 
Qué preocupante no?. Y no sólo aquello, que vergüenza, no sabemos si existen otras realidades en el planeta, mas o menores en esa escala de corrupciones, pero tampoco nos satisface, toda vez que apreciamos aquello que dice: "mal de muchos, es consuelo de tontos". Preocupante y mucho mas al ver como nuestra sociedad se va al agua, deteriorada, donde casi la totalidad de ciudadanos, estamos por bajar la cabeza, y vivir genuflexos ante la rusticidad de la ironía.
 
Muy especialmente quiero referirme a la actitud delincuencial de un Juez unipersonal de Talara, personaje que acaba de administrar una querella judicial por delito de difamación. Autor: (no digo presunto), el Señor Rogelio Trelles Saavedra, alcalde de Talara; AFECTADO, el ex. regidor señor Lincol Talledo Benites. Denuncia: Difamación agravada.
 
El afectado acudio en querella judicial manifestando que el indicado alcalde, aprovechando de una entrevista que cedió a periodistas, ultrajó su honor, su prestigio y afectación de la imagen. Delitos, calificados en el código penal peruano. El ciudadano difamado, acudió a su derecho constitucional acreditando testigos, grabación de las declaraciones, y otros testimonios legales; fundamentos de su denuncia.
 
En la mayoría de emisoras libres de la capital petrolera, y en los espacios periodísticos cuyos conductores actúan acreditando la defensa de las verdades periodística, la justicia, la razón; repitiendo el contenido de la cinta de los agravios, han testimoniado, que en efecto las versiones del alcalde petrolero, califican de verdaderas agresiones en contra de la honorabilidad de Lincol Talledo.
 
 
Todos sabemos que todo delincuente, sobre todo los mas perversos, siempre tienen respuestas, estratagemas, coartadas, con las que tratan de confundir a los jueces, magistrados, tribunales de justicia. Siendo que muchas veces lo logran cuando no existen las evidencias y no se encuentran muy calificadas las pruebas. Pero invitamos a todo el Perú, a los tribunales de justicia, a la Ministra de Justicia, en examinar la grabación de los agravios y determinar la gravedad de los juicios como actuó el juez de TALARA.
 
En efecto, el referido juez, en su sentencia, dice que la voz de los hechos difamatorios, no es la voz que usa en todos los asuntos "públicos y privados" el denunciado. ¡Bárbaros!, aquellos jueces vendidos, jueces formados en la "escuela de pilatos", jueces que fueran condiscipulos de Judas Iscariote, cambiantes del código moral por treinta miserables monedas.
 
Si queremos cercenar la mano corrupta de jueces y justica con esta, el Ministerio de Justicia, de oficio debe investigar y pronunciarse por este caso, que pone en pésima evidencia al Poder Judicial
 
 
y admitiría que el estatus - quo de la nación es la corrupción. Si la Ministra de Estado quisiera preguntar a los 100 mil ciudadanos que integran la población petrolera, testigos de este caso, el 99.9% le va a responder que si es la voz del difamante. Pero un juez de la república, sin mayor investigación ha dicho lo contrario. Tendremos la voluntad de corregir, o nos resignamos en perder la Fe en la justicia del Perú.

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