miércoles, 31 de octubre de 2012

ASPETA OPINIÓN



¿REVOCATORIA POR DEFENSA DEL PRINCIPIO DE AUTORIDAD?
 
La democracia peruana no solo es imperfecta, tiene grandes incongruencias, versiones encontradas e inexpugnables. Se explica esto, en tanto, muchas veces omitir el principio democrático, deviene en satisfacción de algunos sectores; mientras que ser genuino defensor del 'principio de autoridad' puede traer como consecuencias, las mas ingratas de las sorpresas y decepciones.
 
La experiencia que acaba de vivir la Capital Peruana Lima, grafica una de esas grandes contradicciones. Se refiere a la decisión del gobierno de la municipalidad de Lima a cargo de Susana Villarán, quien en busca de modernizar a esa metrópoli dotándola de medidas con servicios vigentes al año 2012, decide cerrar un antro conocido como "La Parada", dando nacimiento a un mercado (Santa Anita) limpio, seguro, expedito, moderno.
 
En la búsqueda de dar cumplimiento a la palabra empeñada y su responsabilidad de provocar la transformación de una Capital, poniéndole a la altura de sus competitividades; ha generado la reacción de sectores retrógrados, dueños de implementar una violencia jamás vivida en el afán ciego de impedir la desaparición de un mercado mayorista señalado como una virtual bomba de tiempo.
 
Es caso cierto es que muchos gobernantes municipales, o, regionales del país, para evitarse confrontaciones con las angurrias intonsas de vecinos y ciudadanos, acceden a la presión de no hacer prevalecer la democracia, fundamentalmente: El Principio de Autoridad. Y, esa es la causa en muchísimos pueblos, que todavía viven bajo las ruedas de vejestorios sistemas donde prevalece la decadencia de los valores de vida, y la presencia a peligros de todo orden.
 
Para colmo de males, los señores actores de la política cavernaria del Perú, asumiendo un rol anacrónico reaccionan en su trillada manera de asumir sus responsabilidades; denigrando, pidiendo cabezas, agitando revocatorias. Es que es tan fácil pedir, exigir, cuando no se sabe hacer nada. Esos políticos, hoy congresistas de la República, que no saben ni siquiera como se edifica un anteproyecto de Ley, menos la idea de gobernar con sobriedad, inteligencia, valor; hoy salen a 'maldecir' a quien ha tenido el valor de cambiar el curso a la vida de Lima.
 
La Dama Susana Villarán Alcaldesa de Lima, va a pasar a la historia por su actitud principista, por su coraje y don de responsabilidad. No es la principiante, improvisada como sus adversarios la señalan. El Perú, debe ser perceptible que se trata de una mujer de mucho temple y con capacidades para mucho mas allá; está en el reto de asumir funciones mas elevadas. Allí están por ejemplo, sus posturas en valorables polleras encarando el problema del transporte de Lima ingresándolo a la modernidad.
 
La precaria crítica ha mirado el árbol y no el frondoso bosque en la aplicación de sus medidas. Trasciende que mas les hubiera gustado que la operación de traslado y desaparición de "La Parada" fracase por animadversión, ante de admitir que en una decisión como aquella, la vena de una mujer por dar al Perú los cambios sustentatorios que nos rescaten de ser una nación obsoleta, a una de valores.
 
Haber rescatado y hecho prevalecer el "Principio de Autoridad" en Lima, no merece responderle con revocatorias; su prestancia quedará como una gran lección que todos los peruanos debemos tomar en cuenta. Hace mucho tiempo que aquel principio se encuentra por los suelos, revisemos nuestras retinas: policias muertos en el Vraem, pueblos asaltados por las barbaries de huestes extremistas, autoridades de los poderes de Estado timoratas, congresistas que desde su curul critican, pero que temen visitar a sus pueblos, ante la seguridad de ser montados en un burro y botadas. Ellos perdieron la noción del principio de autoridad.

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